PITÓN DERECHO La convocatoria de la tarde de toros, ésa la que
todos esperábamos, incluía varias promesas, para todos los gustos. Yo acudí a
ver dos formas de concebir el toreo: La quietud humana recogiendo el aroma de
la muerte en los cuernos del toro y la festividad de pies alados frente a sus
embestidas. Para otros, se trataba del enfrenamiento de un español y un
mexicano.
PITÓN IZQUIERDO También la tarde acogió a miles de aficionados esperanzados
que a finalizar la corrida, iba a quedar demostrado que José Tomás no era ¨Ni muy muy, ni tan tan¨, como dicen mis
nietos burlescos.
LA CABEZA ARRIBA En la alturas el cielo hizo lo más que pudo y barrió
las amenazas. Horas antes el público como los concertistas, afinando las
gargantas y desbordando de murmullos el inmenso tazón.
POR FIN Cuando abre Cuadrillas los brazos y ofrece a la tarde los
toreros, cambia la curva del rumor y obliga
la vista colectiva al mismo rumbo. ¨Ahora
sí¨, pensarán algunos: ¨a ver de qué color tiñe el verde¨ Se hace
necesaria la bota. Los toreros con el sol de frente; el Óle gigantesco aligera
un poco la carga acumulada por meses. La bota cumple.
PITÓN DERECHO En la primera verónica del toro en su vida y la del
torero en la temporada nos bombea en las sienes la inminencia del arte efímero
de José Tomás. José Tomás hace navegar el capote frente a él y se da la inminencia de la cornada sobre la
quietud del muslo, junto con la intensa lentitud de los brazos, en los medios. Óle.
PITÓN IZQUIERDO No experimentamos mucho esa quietud humana rozando
la fiereza porque no salieron bravos los toros. Su nobleza apenas los empujaba.
José Tomás tuvo que acompasar el viaje, no templarlo. Joselito si se enfiestó
porque le tocó el mejor lote.
PITÓN DERECHO El físico de José Tomás se percibe endeble. Esta
tarde como todas las suyas, asusta porque su talante es la fragilidad y lo hace
al borde de lo quebradizo. Se para, sin pisarlo, sobre un cristal en cualquier
momento puede astillarse. En el momento de destellar el pase es más inminente
el escalofrío. Ese es el talento de su toreo, tan lúcido, tan lento, tan sin suelazos.
Bien sabe uno de lo frágil que es su estética. A mitad de cualquier óle el toro
nos abatirá a todos con una cornada. El cristal puede facturar toda la tarde.
La intensa lentitud de su temple no soporta el desvío del cuerno, el arte se
desploma en seguimiento al cuerpo derrumbado, que muerde el polvo.
PITÓN IZQUIERDO José Tomás bajo las pezuñas afiladas.
PITÓN DERECHO Los peones tardan en llegar a los medios donde se le
han dado ventajas al toro. Levantan el flácido cuerpo. Enhiesta la fragilidad, vuelve
a ligarse con los cuernos. ¨Lo hieren porque se pone donde no debe.¨ ¿Quién lo
niega? En pocos toreros el arte y la muerte parecen apretarse tanto en la Unidad
del Temple.
PITÓN IZQUIERDO Al final de la tarde del 31 de enero de 2016, todos
obtuvimos lo que codiciamos. El mismo José Tomás mantuvo su señorío en La
Montaña Mágica.
PITÓN DERECHO El valle que visito para ver torear tiene dos
eminencias, muy alejadas una de la otra. El Monte Taurus ocupada por El Juli y
la Montaña Mágica, de José Tomás. En La Montaña Mágica parece que, como en la
de Thomas Mann, el tiempo reposa y no transcurre como el trincherazo de El Pana
que todavía está ahí, o las verónicas de Manolo, el par al cambio de El
Calesero.
PITÓN IZQUIERDO Los actuales dueños de la Región más Lenta de la Tauromaquia,
habituales de las laderas Cagancho, De Paula, Gitanillo de Triana. Manolo,
Camino, El Pana. Morante de la Puebla. Y
Por supuesto, el titular José Tomás son los que fascinan al aficionado que incursiona
por sus laderas y desfiladeros. En este
espacio los señores del embrujo se han
sucedido en su señorío mágico. Algunos han perdurado luengos años, otros,
lo han hecho por una sola tarde, los
menos, por un solo pase. Todos, eso sí, cuando ejercen, arrasan a los demás
toreros.
PITÓN DERECHO No hubo tal demolición de El Mito. Siete orejas en
Las Ventas, en dos días seguidos, las orejas en Nimes, la sinfonía de Juriquilla, Aguascalientes (aquel pase
eterno que duró 6 segundos), esas vetas no se agotan por una mala tarde. A José
Tomás, El Adusto, lo pueden arrumbar para
siempre por una mala o muchas malas tardes, pero su Mito nos vería pasar a todos.
PITÓN IZQUIERDO Los cuernos de Islero, de Avispado ¿Su
confinamiento acabó con el mito de Manolete, de Paquirri ? La exposición que
hizo Miguelín de ¨los toros¨ de Benítez, la misma saña de Navalón, ¿mellaron en
algo el Mito El Cordobés? El gigante Anteo se fortalecía con los azotes que
buscaban abatirlo.
RECORTE FINAL El Mito parece afinarse con las rechiflas.
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