PATIO DE CUADRILLAS Si los
principios de la mercadotecnia establecen
que se requieren dos y tres años para que prospere un changarro comercial y se
haga autosuficiente, no veo por qué interpretan como fracaso, la poca
asistencia a las corridas de la temporada 16-17 de La México, echada a andar
por una nueva empresa. Durante esos dos o tres años, nos aconseja el librito,
el empresario debe apechugar los gastos y si no tiene un guardadito para tal mantenimiento,
se va a la quiebra; que no sería ni por chiste, el caso de los mencionados
empresarios.
PITÓN DERECHO El pie derecho de la
empresa, sin duda alguna es el trapío. La catadura de los animales fue el aguinaldo
de fin de año. Desde la primera corrida se recortó la silueta arrogante y en las
crónicas posteriores se divulgó el retorno del trapío añorado, entonces, ¿por
qué no asistieron a las siguientes corridas los aficionados? ¿Qué no se dijo que
era el trapío lo que explicaba su ausencia?
PITÓN IZQUIERDO Las nuevas ideas
presentadas por la empresa son varias: la compactación de fechas, los horarios
recorridos, los precios alzados, el sesgo carpetovetónico en algunos carteles. Todos
esos cambios convergen, dicen los críticos, que ya no hablan del trapío, en la rala
asistencia de nuestra afición. Pero, si la empresa saliente NO APLICABA ESA
ESTRATEGIA y sus entradas eran también pobretonas, ¿cuál sería una explicación
verosímil?
PITÓN DERECHO El trapío no fue
suficiente razón. Tal vez debería mencionarse la pobreza tercermundista. Por
nuestro lado, añadimos a esas razones, la televisión.
PITÓN IZQUIERDO La televisión es
una metiche imprudente que hace trastabillar nuestra Fiesta de manera directa, no
tanto por la arrebatinga de horarios, sino más bien por la misericordia que fomenta
con sus series y películas de mascotas dialogantes y bestezuelas humanizadas.
Con tales mensajes los canales televisivos han domesticado por años a los niños
del mundo; miles de horas después los han entregado a la sociedad endulzados y reacios
a la tauromaquia.
RECORTE La generación Disney es la
que no hace fila en las taquillas. Órale.
PITÓN DERECHO Todos los arrogantes
críticos taurinos (¿existirá alguno que no sea arrogante?), demonizaban la
escualidez de los toros para explicar las graderías vacías. Entonces ahora que
hay trapío seguimos viendo los tendidos vacíos, ¿por qué no dirigen sus
Manifiestos, Pregones y Edictos contra Disney? Claro que hay más razones, pero la que pesa más es el efecto Disneylandia.
DESPLANTE La generación Disney,
repetimos, es la que no hace fila en las
taquillas. En las nuestras y en las de allá.
CAMBIO DE LIDIA La reciente
euforia elevada por las embestidas de Peregrino, de Teófilo Gómez y el
alucinante acompañamiento que hizo Morante de ellas, nos recuerda las dos importaciones
ultramarinas que hemos suavizado en
México, ambas de procedencia ibérica: la embestida de los toros y la lengua
española. Hemos suavizado ambas; veremos la primera.
PITÓN DERECHO Cuando el toro
español se aclimató al paisaje, altitud, aguas, pasto y gustos del ganadero
y del que paga, (Y no tanto de los críticos supremos), resultó ser después de
varias generaciones, un toro que requiere una lidia que haga juego con su
suavidad. (Si, si. Hay ganaderías mexicanas con otro tipo de toros, pero no son
las que nos dan perfil.)
PITÓN IZQUIERDO Y las proporciones
de bravura, nobleza y trapío que decantaron de la sangre española nuestros
ganaderos para criar el toro mexicano, ha propiciado, lógicamente, un estilo particular
de torearlo.
PITÓN DERECHO La tauromaquia no
sólo se aprende viendo lo que ocurre sobre el ruedo, también se aprende
soportando a los que no piensan como uno; asimismo leyendo los libros que
escriben los conocedores. Guillermo H. Cantú, nos dice, en relación a la
lentitud al torear: ¨La prisa ha sido patrimonio europeo, no mestizo.¨
PITÓN DERECHO Nosotros recordamos
una sentencia popular que dice: Nobleza Obliga, que es aplicada cuando
estamos en las relaciones sociales, pero en tratándose de toros nobles,
esa obligación es el acompañamiento pausado de sus embestidas. Silverio recuerda
a Tanguito: ¨…acudía en cámara lenta, y obligaba un temple preciso…¨ Hay que
notar que Silverio dice que el toro obligaba a templarlo, asunto que
tocamos en la anterior columna. (SILVERIO o la Sensualidad en el Toreo. DIANA,
México, 1987. Pág. 163)
PITÓN IZQUIERDO Antonio José
Pradel Rico para explicar los toreos reposados de José Tomás y Morante ahonda en las vísceras y el ritmo
del corazón del torero y del toro. Así
nos acerca al entendimiento del misterio de la quietud de la estética taurina.
¨No se pueden parar los pies delante del toro, sin antes parar el corazón¨
También hace una distinción ente la inmovilidad, que se la adhiera a los
objetos y la quietud que corresponde a seres vivos. El tema de la lentitud, del
temple, de la quietud recorre su excelente libro. (Elogio y refutación de la
Quietud. España, 2013. Ediciones Bellaterra. 228 pp. La cita está en la 117.)
PITÓN DERECHO Templar la bravura
del animal, es cuando el humano que reposa frente al peligro. Dice Morante que
José Tomás ¨transmitía una paz diferente¨ (Pradel, 20). Pudiéramos decir lo
mismo de Morante. En todo caso, ambos diestros se apaciguan frente al toro. Se
ve esa paz misteriosa frente a las embestidas que buscan la muerte, que es otro
misterio. La nobleza puede llevarse en vilo al torero al más allá mientras que
la multitud observa, aunque parece esperar.
PITÓN IZQUIERDO El temperamento
del toro mexicano, encarnado en Nacarillo,
de Piedras Negras, permitió los 27 naturales portentosos de Armillita y los 25
que Chicuelo le dio a Dentista, de San Mateo. (Malgesto Paco. ¨Armillita
¨Maestro de Maestros¨ México, 1988. Panorama. 297 pp. La mención aparece en la
191). Sin soslayar la sapiencia y calidad de los diestros de tan inolvidables
proezas taurinas, la materia prima había sido criada por los ganaderos
mexicanos.