PITÓN DERECHO Donde florece un pleito
campal surge un llamado al júbilo atávico de participar de los moquetes tribales.
Un buen ejemplo lo aportan los léperos intercalados con las Damas y Caballeros del Respetable, en algunas
peleoneras tardes de toros.
PITÓN IZQUIERDO En la arena el
torero traza su elegancia en las orillas de la cornada y en las escalinatas
incómodamente algunos asistentes con los brazos muy cortitos trastabillan al prepararse
para contender entre ellos.
PITÓN DERECHO Hasta ese momento la corrida se había
desarrollado de acuerdo a la tradición y con un elemento novedoso. Se había
anunciado un rejoneador y también a una cantaora. El Caballero por delante y
los alternantes en su orden. Un lapso para humedecer y aplanar la arena.
Momento en que volvió la cantaora que había abierto el espectáculo; con su voz
entrona volvió a inundar con aires flamencos la Monumental de Pachuca. Por la
resonancia indescifrable del sistema y tal vez por lo inusitado del ¨cante¨, la multitud no apreció el
esfuerzo. En un momento de silencio, ya durante la lidia a pié, alguien pidió
la música a la banda: ¨ ¡Música, música,
antes que cante la loca!¨
DE REGRESO AL PLEITO Se induce por
el clamor de la reyerta que no se dirimen las afiliaciones taurinas ni de
apreciación equivocada de la lidia en el ruedo, sino que es un pretexto público
para divulgar la supuesta ocupación de las mamás respectivas, o las
preferencias sexuales, acalladas, de ellos.
PITÓN IZQUIERDO Inmediatamente,
o así parece, la algarabía prende con entusiasmo sobrevolando los óles. Los de gradas
más altas aprovechan la fuerza de gravedad para arrojar vasos precisos con
cerveza a los pleitistas. Nosotros, los
recatados, estamos conmovidos de inmediato por la gresca que parece amacizarse.
PITÓN IZQUIERDO Antiguamente, cuando había menos vigilancia policiaca o eran precarios los servicios higiénicos los proyectiles eran vasos de cartón encerado habilitados como mingitorios. Cuando se daba la bronca la canalla, ya aliviada, mataba dos pájaros de un tiro: se deshacían de su micción y entraban a la lucha campal.
PITÓN DERECHO El inconveniente del
asunto es que un espectador concentrado en el pleito podía ser salpicado por el
¨Agua de Riñón¨ en el mejor de los casos, o recibir el tibio estallido en plena
nuca, en tardes de mal fario.
PITÓN IZQUIERDO Sigue el zipizape
mientras el Caballero Hermoso de Mendoza, encarándose desde abajo a la trifulca
escandalosa sonríe y pide atención a las orejas, que no se supo de dónde habían
salido. ¨Se parece a Gene Wilder¨ dijo una fisonomista, arriba de mí.
PITÓN DERECHO La bronca sigue. Muchos
gritan y vociferan ¨ ¡Duro, duro!¨
sin saber uno a cuál apoyan. Pero los vasos con cerveza llueven sobre los
remolinos de nuevos brazos y los mismos insultos.
PITÓN IZQUIERDO Se acerca ya el
operativo policial y la caterva veleidosa cambia de reclamo; y ahora solicitan ¨ ¡Fuera, fuera!¨ exigiendo la
expulsión de los combatientes, para que se recupere la civilidad. Mas sigue la
trifulca que, evaluando los moquetes lanzados, no se da entre buenos cateadores.
En realidad es un aleteo de manotazos lanzados con manos empuñadas, pero sin
apoyarse en los riñones. No hay ganchos a las zonas blandas ni rectos fulminantes;
pero divirtieron más que los rejones puestos cuando las puntas achatadas ya tenían
tiempo de haber pasado el estribo.
PITÓN DERECHO Vuelve la calma. El
operativo cumplió. Cuando quiero sentarme me doy cuenta que me han escamoteado
el asiento plegadizo. Busco a la derecha, luego a la izquierda. Nada. Después oteo
por otras gradas; alguien dice: ¨ ¿Por qué se lo quitas?¨ De mi lado ciego un
brazo me regresa el asiento. Todavía hay honestos que no se hacen cómplices del
despojo.
PITÓN IZQUIERDO El Frutas es un taurino,
el segundo de los Ángeles taurinos pachuqueños. Arma coros a los toreros y como
además de entusiasta taurino, es el dueño generoso de una fonda, ofrece
sustanciosos descuentos a quien presenta la entrada al día siguiente de la
corrida. Su costumbre es organizar una triple llamada a los toreros que
alternan para que reciban aplausos. En este domingo sólo llamó a Sergio Flores
y Joselito Adame; hizo menos a Hermoso.
PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ Pero
uno de los corifeos ha leído los periódicos o visitado el Internet y aprovechó oportunamente
su información para cambiar ¨ ¡Adame!¨ por ¨ ¡Alambre!¨
PITÓN DERECHO El gritón hizo así
referencia a la marrullería cometida a un toro que lidió recientemente en
Mérida y que en el examen post mortem, apareció con un pitón fracturado
con muy bien disimulada prótesis de alambre; trabajo tan mañoso que pudo soportar
los puntazos contra el peto. El aditamento tampoco fue descubierto por el diestro
que se pasó la cornamenta a milímetros de los muslos. Pues bien, fue la razón
del gritó y El Frutas no se churió, como se dice por acá, cuando quedan enjutos los
frutos.
PITÓN IZQUIERDO El lleno fue
total, con reventa previa, aunque nosotros pudimos comprar las entradas la
misma tarde, en taquilla. Un diligente empleado nos llevó a la localidad, pero
al segundo toro llegaron los portadores de los boletos asignados. Fuimos guiados
por el mismo empleado que amablemente señaló nuestros lugares, ahora sí, definitivos.
PITÓN DERECHO Los alternantes
eran de primera y la atención que recibieron, al menos en el sector nuestro,
fue de segunda. Los Villamelones, simplemente por ser la mayoría son quienes sostienen
económicamente la fiesta; hacen sentir su
importancia.
RECORTE FINAL Entonces, en tardes
como la narrada se cumple lo que podemos llamar la justicia lépera: dos toreros salen a hombros entre el alborozo de
la misma runfla de patanes que por largo rato los ignoraron y que les engordaron
las talegas.
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