PITÓN IZQUIERDO La desfalleciente fiesta taurina en Mexicali y en el resto de la frontera México-sajona no está, afortunadamente, dejada a la buena de Dios, porque tiene como refugio tres espacios supletorios que hacen las veces de casa de exilio aclimatado, de santuario y casi, casi de casa de seguridad. En estos espacios la fiesta ha encontrado refugio provisional, mientras no tengamos corridas nosotros, los fronterizos.
PITON IZQUIERDO, OTRA VEZ Uno de ellos es el espacio virtual, es decir la región cibernética donde la corrida parece no decaer porque en los programas de televisión con frecuencia aparecen heroicas tardes con triunfadores legendarios. Allí la fiesta no envejece aunque Manolete, Armillita, Gaona, Calesero, Silverio, Valente, tienen ternos en blanco y negro. En esas pantallas televisivas la fiesta fulge. Es el santuario virtual donde las corridas se arrebujan y los años no pasan por ellas.
PITÓN DERECHO Otra dimensión virtual donde se cobijan es el programa de la tv norteamericana 60 Minutes. Este domingo 7 volvieron a presentar a toreros españoles comentando sus sufrimientos, triunfos y vicisitudes. Aparecen, sorprendentemente los momentos en que entran a muerte Recordemos que en otro DE PITÓN A PITÓN, mencionamos que si bien era cierto que en ese programa habían abierto las puertas a toreros y sus lances, editaron en todo momento con tijeras puritanas los momentos en que el toro era herido o que exhibía el zarzo sobre un lomo ensangrentado.
PITÓN IZQUIERDO Tenemos que en esta última programación, si se derramó el fluido vital, si se vio cómo el diestro entra a matar y hace contacto con la muerte. Si se vieron las banderillas hacer carne. Es sorprendente que ya se presenten lances hemáticos en ese espacio virtual y hay que reconocer que es una forma de conservar la fiesta en el mundo bidimensional, mientras no llega la versión verdadera, con sol, sombra, oros, sacrificios y muerte de los protagonistas, aquí en Calafia, en la Monumental de Tijuana, en la Balderas de Juárez..
PITÓN DERECHO Hay otros redondeles en que la fiesta despliega sus colores y emociones. Se trata de España, Francia, Ecuador, Venezuela, Colombia y las plazas mexicanas alejadas de la frontera norte mexicana. Allí, en la mayoría de las ferias importantes tienen buenas entradas la mayor parte de sus festejos. La fiesta no solamente subsiste en esos alberos sino que se enriquece con figuras señeras de reciente ingreso a la galaxia de la tauromaquia.
PITÓN IZQUIERDO Las Vegas es también otro espacio donde se conserva la fiesta taurina, en su advocación verde. Ahí reposa como en sala de mimos intensos y, al igual que en Portugal, la fiesta ecologista se celebra, sin sangre, banderillas, picadores ni estocadas ante un público no muy ducho (En el caso del veguense). Mientras tanto en territorio bajacaliforniano nuestro aburrimiento solemne durará hasta que volvamos a subirnos a los tendidos y revivamos el asombro con la verdad en dos cuernos intactos y pandos y sobre una cara de respeto. Es en ese momento, tan alejado, el sol iluminará media plaza sobre los oros, sedas, sangre y óles.
PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ Eso es, la fiesta ausente en la frontera, por el momento está bajo custodia en ruedos, estadios, circos romanos. Los curadores verdes tendrán que percatarse de la naturaleza profunda de la tauromaquia y llegará el momento en que caigan en cuenta que no puede subsistir ni reproducirse en terrenos “light”. Llegará la feliz tarde en que nos resarzan con la fiesta de fiestas ya tan extrañada por la ausencia lamentable.
PERDIÉNDOLE LA CARA AL TORO Lo mismo ocurrió en la mitología greco latina cuando las manzanas de oro fueron hurtadas del Jardín de las Hespérides. El delincuente fue nada menos que Hércules que así cumplía la penúltima de sus doce tareas. Pues bien, dichas manzanas de oro no pudieron prevalecer fuera del jardín de origen y al tiempo, tuvieron que ser devueltas a regañadientes.
PITÓN DERECHO Que Santa Verónica así lo disponga, que regrese la fiesta a Mexicali, después de que las cortes ecologistas terminen de ejercer su patria potestad que asegura su supervivencia y no su engrandecimiento.
DESPLANTE ¿Por cierto, vieron a Luis Bolívar, el colombiano? ¿Y que llegara a ser lo que se vislumbra?
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