PATIO DE CUADRILLAS ¨Los cuatro evangelistas eran tres: San Pedro
y San Pablo.¨ Esta expresión se
la debo a mi maestro el historiador Luis González y González. En alguna ocasión
quedó corto con la enumeración de personajes clave en la historia cultural y
cuando alguno de nosotros le hizo ver lo incompleto del elenco anunciado,
contestó con este chisporroteo de incongruencias. De cuatro pasó a tres y sólo enunció
dos; peor aún, ni San Pedro ni San Pablo son autores de alguno de los cuatro
evangelios.
¡AL TORO, AL TORO! Voy. Esto viene al cuento porque la vida del
toro sobre el ruedo se divide tradicionalmente en tres tercios: Capa. Caballo,
Quites, Banderillas. Muleta. Pero aún cumpliéndose todos los actos enumerados,
no está cabal el rito si no se usa el estoque. Habría que reconocer entonces al
estoque, que no es componente de la muleta como otro elemento individual
e indispensable de la lidia.
PITÓN DERECHO Los clarines que dividen
los episodios usuales de la lidia, no son categóricos; no hacen bien los
cortes. El primer toque es el que abre los toriles. Al irrumpir sobre la arena el
toro acude a la capa donde eventualmente lo hacen acompañar verónicas, al rato
vibra el segundo toque que lo lleva al caballo, al que ataca. Luego lo recogen
con la capa para el quite o para tomar otra vara. El tercer toque anuncia la presencia
y actuación de los banderilleros (después del toque y ya sin cuacos en la
arena, todavía puede simularse un quite que correspondería al ¨tercio¨ que acaba
de concluir.) Una vez adornado el toro, otro toque, el cuarto, anuncia el
enfrentamiento a la muleta. Entonces, son cuatro toques que separan en cinco las actividades rituales, sin
que se escuche otro más que anuncie la culminación de la estocada.
PITÓN IZQUIERDO Cuando escribí ¨tradicionalmente¨
líneas arriba englobé en la expresión tanto a El Reglamento como a Los Usos y Costumbres que norman las corridas. Ambos
ordenamientos forman la tradición y batallan por la hegemonía de la Fiesta y
también hablan de tres tercios, así que aléguele a la tradición. Los dos códigos
–uno ágrafo, el otro escrito-- conviven todas las tardes, pero cuando es la
hora del enfrentamiento llega el momento sabroso a la corrida.
DESPLANTE Todas las plazas
tienen sus Usos y Costumbres
particulares aunque coincidentes en mucho. Lo miso sucede con El Reglamento cuyas diferentes
redacciones tienen un común ancestro que sella su parentesco. Por eso quien
quisiera modificar un reglamento se enfrentaría no sólo a un texto más o menos
congruente sino a una rica recopilación de vivencias taurómacas de siglos. Por
otro lado, la experiencia de quien escribe es que Los Usos y Costumbres que ha podido constatar en varias plazas son,
en el fondo, intrigantes formas de vivir la Fiesta. Órale.
PITÓN DERECHO Muchas de las
broncas suculentas se han dado y se darán, por las lagunas e interpretaciones
del texto escrito. Los Usos y Costumbres
dan la oportunidad del púbico a intervenir en el desarrollo del espectáculo. El Reglamento
de la plaza, no prohíbe, por ejemplo que se celebren los pases ¨despegaditos¨
porque si así fuera, muchas salidas en hombros no se darían con la frecuencia que
vemos. Al público lo tiene sin cuidado que se toree ¨despegadito¨ siempre y
cuando se ¨conecte¨.
PITÓN IZQUIERDO El Reglamento
tampoco concede al ¨ Respetable¨ el
derecho a expulsar de los tendidos a nadie. ¿Qué tal si el ¨Respetable¨ descubriera a un funcionario privatizador
de alto nivel disponiéndose a disfrutar de la corrida? Por cínico que fuera, no
aguantaría más tiempo en su localidad que un tlacoyo sobre el comal de alarifes.
En su palco Usía haría el Tancredo.
PITÓN DERECHO Según Pancho Miguel, mencionado en las dos anteriores entregas, el toro percibe a un depredador y por eso embiste. Encontramos, entonces, cuatro objetivos del ataque del toro: la capa de verónicas, el caballo, capa de quites, los banderilleros y la muleta. Cuatro ¨enemigos¨ descubiertos por el toro y las más de las veces atacados por él y otro contrincante más, el único letal, que no visualiza el cornúpeta pero que lo despachará a que lo destacen: el estoque.
RECORTE FINAL Parecería lógico
separar la lidia en el número de enemigos que percibe y enfrenta el toro en su
corta vida sobre la arena. Empero, hay que reconocer que El Reglamento y Los Usos y Costumbres de la tauromaquia se
embonan en una muralla que no tiene flanco débil y que ya quisiera El Que Teco.