LA ENÉSIMA PROHIBICIÓN
Manifiesto que mi formación académica no es en Derecho, pero…
La Constitución nos obliga a la
protección a los animales. Bien. Pero ¿cómo podemos o debemos proteger a las
siguientes criaturas: las polillas, las viudas negras, los alacranes, las ratas
de hocico rosado que infestan los mercados y los insectos cuyo hábitat
pantanoso fumigamos hasta su exterminio? ¿Y qué protección extenderemos a los
marranos, puercos, cochinos, cuinos, cochis, antes de que los convirtamos en
chicharrones? (La narrativa animalista evita mencionar la protección pertinente
a las víboras de cascabel y sus atroces aliadas acuáticas las pirañas).
Entiendo que la que portación de Derechos
conlleva la carga de Obligaciones, entonces, ¿cuál sería la obligación de las
viudas negras (protegidas como animales por el Texto), frente a la desprevenida
durmiente bajo la sombra de una buganvilia? ¿Y la obligación de las pirañas en
los humedales de la Amazonia? ¿Y la obligación de una anaconda antes de
engullirse un pecarí? ¿Y la de un ascariosis lumbricoide?
Y luego me pregunto: ¿cuál sería la
obligación de millones de hormigas derecho habientes
cuyos huevecillos los sabrosísimos escamoles son envueltos en vaporosas tortillas
de maíz (no transgénico), y que se llevan tan bien con el jarro de pulque
curado con cacahuate?
Con una solemnidad digna de la espantosa
superficialidad de un texto (atraído desde las Baleares (sin el pago de arancel
alguno), bien escrito pero ramplón para aprovechar la audiencia multitudinaria,
descubren que los animales sufren y al decirlo homologan sus reacciones
(de los animales) con la de los humanos. Aquí hay que comparar ¨el sufrimiento¨
de una gacela cuya cría es secuestrada por una leona y que se incorpora a la
manada inmediatamente y la reacción de una humana cuyo crío sufre el secuestro
de una banda. ¿Son iguales las reacciones? ¿Quién sufre y quién sigue como si
nada? El sufrimiento es humano. Por supuesto el dolor físico en muchas
ocasiones agobia a multitud de organismos del planeta.
En una corrida normal si un toro
se ¨duele ¨a la vara y huye, es devuelto al corral. Sólo aquellos cuya
adrenalina los mantiene empujando al picador continúan en el ritual. El torero
es un artista que expone su vida en el escenario; por lo tanto, la permanencia
de la Tauromaquia debería evaluarse en los foros culturales, no en los
deportivos. La Tauromaquia es un rito ancestral y el torero desempeña el papel
de vicario para que las multitudes que observan desahoguen su carga emocional.
La brigada disneylandesa desde
siempre cegada frente al arte y empalagada por la ¨humanización¨ de la fauna, no
ha sido enfrentada a una pantalla donde el cachorro sea enseñado por la leona a
matar las trémulas crías de las gacelas. Por eso la narrativa animalista se
parece más a un coro de macacos enardecidos que clamor de humanos conmovidos
por la injusticia de los abortos. Por cierto, ¿el aborto de un feto femenino
será un feminicidio? Mejor volvamos al zoológico de locura.
¿Por qué el óle provocado
por un pase de José Tomás tiene un estruendo más conmovedor que la algarabía que
los antis organizaron fuera de la México? La gritería anti tiene más resonancia
en los recintos legislativos que los óles en el acervo cultural. ¿Tendrá que
ver esto con puestos electorales?
En una de sus mañaneras AMLO
sugirió que la Tauromaquia fuera expuesta en una mesa de diálogo que él mismo
podría ayudar a instalar. Los agudos y evasivos antis olisquearon el riesgo y prefirieron mantener
la gritería escondidos bajo máscaras de franela simulando toros. Pienso que
para su objetivo hicieron bien porque si hay algo que los abata sería la
discusión de la Tauromaquia como expresión cultural en una mesa con
participantes enterados. Entonces aquí proponemos que la discusión no debe
darse en otro sitio que no sea el Departamento Cultural de los municipios y
estados o como se designe el recinto pertinente para la reflexión mesurada de
la Tauromaquia, que en algunos casos ya ha sido definida como Patrimonio
Cultural que no es otra cosa que reconocerle la necesidad que tienen los
humanos de tales ritos para trascender lo cotidiano y vislumbrar las
profundidades de su práctica.
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