PITÓN IZQUIERDO En su novela Si los toros no dieran cornadas Rafael Loret de Mola narra una anécdota decepcionante que ilustra que en una tarde histórica los aficionados, los conocedores, los empresarios, los toreros, todos, todos ellos con su ignorancia, o inocencia, su indiferencia o simplemente por las ganas de divertirse, se engañaron entre sí. Como el mundo de la Lucha Libre. En los toros, cuando se dan los escándalos salen airosos de las broncas, como decimos en México o de los petardos como dicen en España, porque todos, de alguna manera saben que participan en un escenario en los que los papeles están repartidos desde hace siglos. Finalmente las aguas llegan a su nivel y todos a olvidar y a prepararse para la próxima
corrida.
PITÓN DERECHO Dijimos que se engañan o se arreglan entre sí entre sí y así es...hasta que llega el toro. Es el único integrante de las fiestas que siempre es derecho y al que no pueden poner de acuerdo para que participe en ninguna simulación. Aunque lo anuncien como toro en puntas y kilos, el animal no participa en el engaño y aparece como lo que es, un novillo afeitado. También cuando lo presentan como toro y es toro, el animal se presenta con edad, puntas y en peso. El toro es quien asigna los lugares.
PITÓN IZQUIERDO La anécdota contada por Loret de Mola se va a una corrida en Cuatro Caminos en 1968. Un animalito fue devuelto al corral por su escasa presencia. Pidieron soltar al sobrero pero, como si se tratara de una plaza pueblerina, no había con qué sustituir al devuelto. La bronca en los tendidos ardía y Joselito Huerta, El León de Tetela era el espada en turno. Acordaron todos (menos el público y el novillo), que volvieran a echar al mismo animal que había sido rechazado (Sigo contando lo que Loret de Mortal dice) De repente se calló la muchedumbre (Ahora soy yo el que inventa), porque Joselito Huerta arrodillado esperaba la salida. Salió el “sustituto” Y el farol de Joselito distrajo, por el resto de los dos primeros tercios, el enojo del público que no se percató de la empolvada que le habían dado a la gata.
PERDIÉNDOLE LA CARA Para exonerar al público, de esa tarde, traigo a colación algo que le escuché al áspero empresario de la Plaza México, Lic. Herrerías. En una entrevista por TV refiriéndose a la Comisión Taurina, para desprestigiar algunos acuerdos que él consideraba que afectaban la fiesta, o a su empresa, dijo que los comisionados eran tan desconocedores del toro que si les presentaban un encierro y les dieran el tiempo que quisieran para estudiarlo, y luego revolvieran los toros con el resto del hato y los dejaran solos (a los de la Comisión), no podrían identificar esos mismo toros que habían dizque estudiado.
PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ Pues bien esa tarde el público tampoco distinguió ni se percató del número, ni de la pinta, ni la cornamenta ¡Qué tarde para los villamelones!. (Lanfranchi dice que fue el sábado 30 de noviembre de 1968, sin mencionar que el sustituto fuera la misma gata, pero revolcada) Sigue Loret de Mola, con ese mismo animal al iniciar la faena Huerta de nuevo de rodillas con los pies metidos bajo el estribo, esperaba que lo cerraran pero el subalterno lo mandó al tercio desde donde embistió de frente al arrodillado y le rasgó con el cuerno el vientre y le expuso los intestinos. La misma insignificancia que el público había devuelto, le había dado un cornadón al León de Tetela , que como es sabido era un torero poderoso.
PITÓN DERECHO Las fotos que aporta Lanfranchi captan un animal no muy arma
do, pero tampoco insignificante. La pregunta no puede evitarse, ¿Cómo aceptó Joselito Huerta participar en esa puesta en escena? Por poco deja colgada la vida en una cornamenta pequeña como la que mató a Joselito su homónimo español, o a Manolete. Toros cuya pequeñez no les impidió su ingreso al archivo luctuoso de la fiesta. La pregunta se impone habida cuenta de otro episodio en que participó Huerta y el cual ya comentamos en otra columna. Pero que ahora recontaré algo de aquella narración. .
PITÓN DERECHO, OTRA VEZ Una tarde ya retirado el de Tetela de Ocampo para calmar sus ansias, participó en una tienta en la cual, como plato fuerte soltaron un semental mayor de dos lustros y 600 kilos. Joselito, ya pasados sus mejores años, y lógicamente sin los reflejos indispensable para salir de apuros, se enfrentó al animalazo y le dio pases de tal mérito que pudo pensarse que su regreso al traje de luces sería factible. Pues no, no volvió a vestirse de torero, pero esa tare conmovió su vocación y profesionalismo al torear, no darle trapazos, a un toro hecho y derecho. Retirado enfrentándose a un animal viejo y poderoso. Unos dos años después, Joselito murió.
DESPLANTE La próxima temporada en Las Vegas tiene intrigas y tentaciones. La intriga ronda en el tamaño de los toros, en su seriedad, en su tipo. Son toros de unas dehesas portuguesas, de California, pero ¿Tendrán seriedad? ¿Peso?¿ Puntas? ¿Serán de utilería como los que frecuentemente vemos? Si pasan sin ser ahormados por la pica, ¿Darán juego que se preste al lucimiento, o solamente serán motivo de aliño y de regreso al corral? ¿Qué harán El Zotoluco, Amaya, Ponce, El Juli?
RECORTE En cuanto a las tentaciones son las usuales de Las Vegas, que según la cartera pueden tener diferentes edades, cabelleras y silicones.
1 comentario:
"Pablito" de Reyes Huerta se llamó ese toro de "ida y vuelta" y lo de Las Vegas, se habla de animalitos de "350 kilos" o sea que serán "comoditos" y seguramente "humanizados".
Saludos desde Aguascalientes
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