PITÓN IZQUIERDO Luis Niño de Rivera al escribir el libro Sangre de Llaguno batalló para abrirse el camino rumbo a una entrevista con Silverio Pérez. El tema versaría sobre el distanciamiento del Faraón con Llaguno y sus toros. En el libro, muy bien documentado, se entera uno que el ganadero se inconformaba cuando los diestros se doblaban con sus toros. Decía él que la embestida usual de sus pupilos no requería de tales correcciones. Esos doblones y trincherazos, por ser innecesarios, les menguaban las fuerzas y recortaban el recorrido de las embestidas que les quedaban en los riñones en el último tercio. También en las sabrosas y doctas páginas lee uno que Silverio y Armilllita no eran toreros validos de la casa Llaguno. Estos eran Garza y El Soldado. PITÓN IZQUIERDO Aún así una de las faenas más memorables de Armillita la hizo a Pardito, de San Mateo. Silverio cortó el primer rabo en la México a un toro de Torrecilla. Finalmente Niño de Rivera fuerza a Silverio a recordar su querella con Llaguno. El episodio es de lo más ilustrativo para quienes encontramos buena sazón en las anécdotas de los protagonistas taurinos.
PITÓN IZQUIERDO Además, se confirma que los ganaderos guardan en mente un canon de toro bravo que es el que quieren en sus dehesas. Así, también imaginan al torero correspondiente. Como ambas imágenes son ideales, se esfuerzan con lo que tienen y ven en las tientas y se percatan de cómo debe extraerse lo mejor de sus animales y por supuesto, durante las tientas mismas o en corridas formales encuentran al torero que mejor aprovecha las excelencias que han logrado plasmar en sus encierros. De ahí a tener toreros de casa es caso resuelto. Según Llaguno Garza y El Soldado eran los favoritos de Llaguno, porque entendían mejor sus toros. A Silverio y Armillita gustaban de doblarse con ellos, lo que no era apropiado.
PITÓN IZQUIERDO Todos los que hemos charlado con ganaderos sabemos algo de la frustración que padecen cuando uno de sus animales es mal aprovechado por el diestro. En el mencionado libro es sorprendente cómo el ganadero calificaba a su toro y al torero. Cuando había lidias merecedoras de cortes de apéndices, el ganadero calificaba a su animal y al diestro según su desempeño, pero no siempre daba calificaciones de empate, y frecuentemente favorecía a sus animales.
CAMBIO DE LIDIA La empresa que regentea Las Vegas anuncia más corridas para el primer semestre del año venidero. Esperemos poder estar en los tendidos. El anterior artículo casi fue un responso. Pues no, la temporada continuará en enero, según cintilan las páginas del internet. De acuerdo con lo que se oye por ahí, todo empresario que se aventura con ideas nuevas debe preparase, antes que la fortuna lo apapache, para sobrevivir tres años de penurias. Ojalá en este caso el tramo de prueba se reduzca y podamos ver la fiesta a plenitud en el mismo 2010
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