PITÓN DERECHO En la corrida del Aniversario LXV de la plaza México, se programaron ocho toros para los cuatro diestros: El Zotoluco, Enrique Ponce, El Zapata y Sebastián Castella. Además, por la misma entrada recibimos dos más de aguinaldo. Hubo un toro escuálido devuelto, lo que eleva el gran total a once toros salidos por Toriles y diez por Arrastre, esa tarde.
PITÓN IZQUIERDO El Zotoluco bregando con pundonor y suspenso enorme no pudo redondear. Enrique Ponce se ahondó en sus pases y cortó la primera oreja, El Zapata deslumbró con las banderillas. En su segundo casi pone dos pares con el mismo cite, pero con dos embestidas. El toro se dolió y no cargó por lo que el doble par quedó en la imaginación. Sebastián Castella (Por fa, rímenlo con Estrella, porque es apellido español) hizo su toreo acompasado y ligado. Los dos extranjeros decidieron regalar sendos toros, tal vez empujados por los ecos del estruendo de la tarde de El Juli, el domingo anterior.
PITÓN DERECHO Y ya que hablamos de estruendo, quiero referirme a lo que no se menciona cuando se habla de la reacción del aficionado entusiasmado: las entonaciones de los de los óles y los olés. Sabemos que en México se inclina por la primera entonación y la segunda es europea. Pero ahora no atendemos a esta preferencia de dónde poner el acento. Quiero señalar otgro asunto, la exclamación musical que el público entona cuando el pase ejecutado lo conmueve. Para mejor ilustrar el caso, les sugiero que vean el video de la corrida del aniversario.
www.youtube.com/watch?v=rOTC_b5y6eY
PITÓN IZQUIERDO Ahí escucharán el óle profundo, cavernoso, gregoriano, con que los aficionados celebran los buenos lances de Ponce. Luego el óle más lírico y alegre cuando los hace Castella. En medio de esos registros musicales extremos, se encuentran las reacciones al desempeño de El Zotoluco y de El Zapata. Pudiéramos estirar hasta lo absurdo el símil musical diciendo que los óles para Ponce son de pecho y los dedicados a Castella de garganta.
REMATE Vean y escuchen el video. Esta es, señores aficionados, la reacción con que los aficionados respondemos al temple.
PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ Volvemos a la corrida. El encierro con el trapío prendido de alfileres tolerantes, también fue débil. Rodaban los animales. Con decir que el del triunfo de Castella, el de regalo, marcaba menos que el peso anunciado del devuelto por fifiriche. El piquero de querencia lo atendió y el de barrera de matadores apenas lo rasguñó. Aún así, el populacho estuvo pidiendo el indulto.
PITÓN DERECHO Finalmente con la oreja que cortó Ponce a su regalado y la anterior al primero, salió en hombros. El francés por su cuenta, cortó las dos orejas al de obsequio y acompañó a Ponce en el recorrido triunfal. La plaza llena y alborozada es un espectáculo memorable. La reventa en todo su esplendor impune. Los grupos anti taurinos pidieron infiltrar agentes en la tarde, quienes cumplieron en pitar a los picadores e incumplieron cuando aplaudían el de rodar los toros, al primer espadazo. Además, pidieron el l indulto en el 2º de regalo. Estos infiltrados piden el perdón al menor desempeño de animal noble y fijo y da la impresión que si es débil, tanto mejor. Se avizoran más toros indultados, lo que es una forma soslayada de redactar el preámbulo a las corridas verdes.
PITÓN DERECHO El toro de regalo no se menciona en el reglamento de la Monumental México. La costumbre y el uso es lo que explica su presencia que, ciertamente, recibe la bienvenida mayoritaria del público taurino, el real y el virtual. No deja de llamar la atención que siendo un participante no reseñado previamente, el toro de obsequio queda sujeto, desde su alojamiento en las corraletas y sobre la arena, a los usos y costumbres del festejo. Al salir al ruedo no recibe tratamiento distinto al de los toros anunciados días antes.
PITÓN IZQUIERDO ¿Por qué pisa la arena el toro del obsequio? (1) Porque un diestro quiere salir con el triunfo que no ha redondeado con su lote y desea tanto el reconocimiento que hasta paga por el toro (2) O bien, un empresario, insatisfecho por los toros de la lidia normal, necesita que se dé un triunfo memorable que deje entusiasmada a la afición para la siguiente taquilla.
PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ. De acuerdo al comportamiento usual de los toros de lidia, no hay una certeza que el toro vaya a dar un juego tal, que el diestro triunfe. Aunque sí se cuenta con elementos que alimentan la esperanza: (1) El diestro voluntarioso que se arriesga para demostrar su valía (2) El público insatisfecho y deseoso y, por lo mismo, fácil de complacer dispuesto a aplaudir el menor esbozo de verdad taurina y (3) La sospecha que el diestro, su apoderado o la empresa, ya tenían reseñado el toro con anticipación ventajosa.
PITÓN DERECHO Cada tarde en que se “regalan” toros, los aficionados se atrincheran en dos corrillos: Los que atacan porque el toro de regalo es una ventaja para el obsequiante y los que lo defienden por considerar que es un derecho del diestro generoso que quiere trascender la tarde. Parece que no se percatan de la historia taurina: el regalo no es una práctica antigua. Simplemente por el nivel de económico que tenían los torerillos de siglos pasados, que se presentaban en las plazas cercadas con maderos y donde exponían la vida. Nos dicen los libros que un buen desempeño merecía una o dos orejas que se canjeaban por sendos perniles del animal sacrificado.
DESPLANTE De lo anterior se induce que literalmente toreaban para comer. En esa situación precaria de toreros sometidos a los calendarios de las fiestas y ferias y obligados a la peregrinación, los toros de regalo, pagados por los torerillos, simplemente eran una opción inexistente.
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