sábado, 16 de julio de 2011

REGLAMENTOS Y DEMOCRACIA

PITÓN DERECHO Los aficionados a esos juegos que requieren esferas infladas o macizas, con dimensiones que van desde albaricoques hasta cucurbitáceas, tienen que someterse a parámetros obligatorios, si quieren botarlas, golpearlas o patearlas oficialmente. También los adeptos a otras disciplinas que asestan golpes, torceduras y pegan brincos y arrancones con cuerpo o máquina, tienen la obligación de acatar reglas de pocas excepciones y, también, de universal observancia.

PITÓN IZQUIERDO Estas reglas impuestas a los entretenimientos de los pueblos del planeta, llevan siglos en su redacción y ya están encuadernadas en más idiomas que los oficiales de las Naciones Unidas. Su cumplimiento está sancionado por organismos rectores, algunos de ellos corruptos, que no están techados por ninguna ética. Sólo acatando esas reglas los aficionados puede participar en juegos locales, regionales, nacionales, confederados o planetarios. Esos catálogos y manuales de procedimientos son minuciosos hasta el enfado. Así, el bastón, la raqueta, el tolete con que se baten las pelotas, tienen que tener un peso oficial al miligramo. Las redes sobre las que vuelan o se estampan las pelotas deben de tener, además de una altura oficial, cierta tensión medida por aparatos. Los gajos, texturas y hasta las costuras de las esferas también están vigilados, tanto en su forma como cantidad.

PITÓN DERECHO En comparación los reglamentos concernientes al toreo son democráticos. El mundo del toro no cuenta con algo similar a la FIFA, ni al CMB. Tampoco a la ATP o WTP. No hay autoridad formal con potestad para sancionar minucias y que vele por cumplimiento de las condenas impuestas. Afortunadamente.

PITÓN IZQUIERDO Los lineamientos equivalentes que tiene el mundo de la tauromaquia son los reglamentos taurinos, además las peñas (exigentes o complacientes) y, sobre todo, los usos y costumbres centenarios que democráticamente una generación entrega a la siguiente. Aunque muchos de esos reglamentos taurinos si no son letra muerta, ya están esperando la puntilla del incumplimiento total, las corridas de todos modos se llevan a cabo de acuerdo a las costumbres que la afición mantiene vigentes.

PITÓN DERECHO Ciertos cronistas (Usted conoce uno, yo otro) creen que ellos marcan los derroteros para que la fiesta pueda mantenerse orientada y pura en el planeta de los toros, no quieren aceptar que sea la afición la que impere. Tal vez alguna pluma (si el autor fuera globalizado diría: teclado) tiene más peso específico que otros, pero ni el más influyente de los columnistas hace figuras, y mucho menos, mandones.

PITÓN IZQUIERDO Esa es tarea de la afición. A lo más que puede aspirar el escribano es a cumplir los encargos y tener cuidado gramatical para redactar el encomio o vituperio a un torero que siempre será más importante, por su torería, que por las páginas que destilan dulzuras o acideces.

PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ Bien. Postulamos que la fiesta de los toros no está agobiada al estilo de los deportes que sí están sometidos a herrajes reglamentarios. Van dos casos ilustrativos basados en lo que observamos en la Feria de San Fermín 2011 y en tres juegos de fútbol en que participaron dos selecciones mexicanas de fútbol.

PITÓN DERECHO En el caso de San Fermín nos causó cierta sorpresa que en algunos casos, la afición no puso atención silenciosa a la hora de la estocada, particularmente cuando se trató de El Juli. ¿Hay alguna autoridad, que no sea la costumbre, que frunza el entrecejo y que obligue a los aficionados a guardar silencio y dejar de merendar a la hora de matar?

PITÓN IZQUIERDO Por el lado del fútbol, ya es conocido el aporte mexicano al folclore que consiste en el grito soez con que se acentúa la patada de despeje del portero contrario. Por razones naturales el equipo que juegue contra la selección nacional tendrá a su portero sistemáticamente aclamado con tal término atronador, cavernoso, casi gregoriano. Nos tocó presenciar el juego Sub 17 entre Argentina e Inglaterra y cuando el idioma, la religión y el continente compartido pudieran obligar a inclinarse por Argentina, resulta que la afición de Pachuca había considerado como local al equipo de Inglaterra y el portero argentino tuvo que tragar paquete.

PITÓN DERECHO¿Y qué decir del juego en el Rose Bowl con 90 y tantos mil aficionados, en su mayoría mexicanos, que elevábamos el grito en el juego México 4--USA 2? Se rumora que la FIFA está considerando la aplicación de medidas correctivas para detener, en el futuro, tal comportamiento que estima como ajeno al Fair Play. Ya en las transmisiones televisivas se sofoca electrónicamente el grito que casi pasa desapercibido al televidente. Pero dentro de los estadios en que los aficionados mexicanos son mayoría (En todos los de México, por supuesto y en algunos de USA, particularmente Los Ángeles, Chicago, Dallas, San Antonio), es un estruendo que diríamos conlleva elementos de catarsis a capela lo que haría más difícil su erradicación.

PITÓN IZQUIERDO La FIFA puede vetar el estadio, obligar a juegos con puertas cerradas o multar a las asociaciones. Sirve como antecedente que ya pudo contener, en algo, a los Hooligans. La experiencia de extender los brazos, ulular y vibrar las manos con las palmas hacia abajo y luego soltar el grito para acompañar el despeje, es algo que la FIFA también quisiera impedir. ¿Qué puede hacer el de la chistera, en la plaza de Pamplona, cuando hay merienda y rechifla al momento de la suerte de suertes?

DESPLANTE La pregunta sería, ¿Qué comportamiento tiene más oportunidad de sobrevivir, la merienda y algarabía de San Fermín a la hora de la muerte, o la salutación procaz y atronadora de los despejes contrarios? Órale.

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