PITÓN DERECHO En otra ocasión dijimos que los
mexicanos habíamos atemperado dos novedades ultramarinas, ambas ibéricas: La
lengua española cuya aclimatación en territorio del Anáhuac le dio una afinación singular con registros más
sinuosos y algunos dejos aborígenes y la otra importación modificada fueron las
embestidas de los toros de lidia que, con el gusto de la afición y los
ganaderos mexicanos, desembocaron en un toro que, si es apapachado con temple,
rinde largos momentos de profunda emoción estética.
PITÓN IZQUIERDO Ambas proezas sincréticas e
innegables empezaron en el arranque del Siglo XVI. En 1519 fue el idioma y diez
años después en 1529 con la primera de las corridas en la Nueva España, con
reses navarras.
PITÓN DERECHO La última suavización, la del toro,
es lo que nos hace una afición taurina distinta a las demás. Porque, si es un
tópico que el toro es el centro de la fiesta, hace cien años los ganaderos Llaguno
al final de casi quinientos años de ser corridos toros en México, con su ideas
y visión perspicaz crearon una embestida que acercó las corridas mexicanas
hacia las hazañas taurinas, tanto de mexicanos como de extranjeros en las que la
tersura, el temple y las largas faenas son frecuentes.
PITÓN DERECHO, OTRA VEZ
Derivado de lo
anterior, lo que usualmente escenifican los toreros sobre la arena mexicana es una
fiesta distinta, ya que sale un toro distinto de sus congéneres ibéricos. Es,
por lo mismo, una afición peculiar que también se nutrió de ceremonias prehispánicas
y del sentido de la muerte que nos heredaron los abuelos aborígenes, aunque las
corridas se celebren a la hermosa usanza española.
PITÓN DERECHO, OTRA VEZ
Por supuesto que por
los otros toriles del mundo salen toros nobles con fijeza y suavidad, así como
en las arenas mexicanas aparecen crucigramas con cara seria, pero estamos
hablando de tendencias predominantes.
RECORTE Si hubiera alguna duda sobre lo
dicho, entonces ¿cómo se entienden las
siguientes confesiones?
PITÓN IZQUIERDO “Dijo Manolete (me lo refirió Pepe Camará) que un toro de Sinkeuel que
estoqueó en Mérida de Yucatán, había sido el de mayor nobleza de cuantos habría
toreado en su vida. El propio Manuel consideraba que con él realizó su mejor
faena.” Filiberto Mira en Hierros y Encastes del Toro de
Lidia, 2ª Edición, página 419.
PITÓN DERECHO José Luis Suárez-Guanes, de Aplausos
refiriéndose a José Tomás dice: “Fue
una faena sobre la mano izquierda –con tres tandas como base—en la que combinó
la hondura castellana con la templanza más absoluta, quizás aprendida en ese
México que, un día, ralentizó el toreo de esos dos monstruos sagrados que
fueron Paco Camino y “El Capea”. Cita de Carlos Abella en José
Tomas Un torero de Leyenda, página 90. Nota Bene: Agrega al Niño Sabio
de Camas y a Pedro Moya al elenco de toreros artistas que llevan la impronta
del toro mexicano.
PITÓN IZQUIERDO Otro de los efectos no previstos que
tuvo el apaciguamiento de las embestidas es que se pudo abrir el abanico de la
creatividad: “Fue una pequeña obra de arte taurino [Chicuelinas al alimón],
digna de figurar como complemento en el
libro (…) TODAS LAS SUERTES POR SUS MAESTROS, de JOSE LUIS RAMON al que tantas
veces deberán recurrir ya los cronistas taurinos, desde que EL JULI trajo tanta
variedad de capa y muleta, desde su aprendizaje en México” Fernando del Arco EL
JULI. Historia de una voluntad. Página 149.
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