miércoles, 12 de junio de 2019

REENCUENTRO INFANTIL



PATIO DE CUADRILLAS Durante algunos años la Plaza Alberto Balderas de Ciudad Juárez y El Toreo de Tijuana, fueron los cosos taurinos que más corridas ofrecían al año, en el mundo. Realizaban corridas de toros los 54 domingos y además, los días feriados tanto mexicanos como norteamericanos que añadirian otros diez festejos.
Ambas plazas fronterizas aprovechaban la cercanía de concentraciones militares norteamericanas, a saber, los marinos de la base naval en San Diego, California y los acuartelados en el Fuerte Bliss y el Campo Aéreo Biggs, en El Paso, Texas. Por el auge se construyeron otras plazas , una en cada ciudad.   

LIÁNDOSE EL CAPOTE DE PASEO Y aconteció que la misericordia disneylandesa animalista cundió y poco a poco diezmó la afición taurina al grado que se arrasaron dos plazas de las cuatro en estas ciudades fronterizas. Aplanaron El Toreo de Tijuana y la Monumental de Ciudad Juárez la hicieron centro comercial. Sobreviven la Playas de Tijuana y la Alberto Balderas, en Ciudad Juárez.





TALLANDO LA TIZA Es en ésta donde el 1 de junio  de 2019 asistimos al festival de escuelas taurinas. Un observador ocasional pudo tener la impresión que éramos un grupo rezagado de aficionados presenciando un ritual en vías de extinción. Con algo más de perspicacia ese observador habría cambiado de opinión porque sobre la arena unos niños artistas se turnaban para torear becerras bravas y con esa actividad todos los presentes apostábamos al futuro de la Fiesta.


PITÓN DERECHO El certamen convocó a cinco Escuelas Taurinas. Por la  de San Miguel de Allende, a Manuel Martínez, que nos perdimos de conocerlo pues no  asistió. La de Ciudad Juárez tuvo como representantes a Xavier Reynosa ¨El Callao¨, Emmanuel González ¨El Meño¨ y   Sebastián Benítez ¨El Niño  Genio¨. Luego, Nazareth de León Guanajuato, Omar Mora del Centro de Formación Taurina ¨El Zapata¨ y Cristóbal Arenas ¨El Maletilla¨ de la Escuela Taurina Hidalguense Jorge Gutiérrez A.


PITÓN IZQUIERDO El coso es propiedad de Alberto Bailleres, las becerras de Santa Elena y el tren ruidoso sin amo se mandaba solo sobre la avenida Ferrocarril al costado de la plaza. Ruidoso monstruo aportaba rugidos  extraños al ambiente usual de óles y aplausos. Esa tarde  atestiguamos el relevo que aceptan los niños toreros de una tradición de 500 años. Raro evento: como infantes reciben el pesado encargo para que, en el mejor de los casos, accedan a la alternativa a los pocos años como adolescentes. Óle.  

PITÓN DERECHO Frente a los animales y sobre la arena esos niños toreros combinan las enseñanzas de sus respectivos instructores con el talento propio con que han nacido. En sus lances se nota la elasticidad de sus miembros y la seriedad transmitida, indudablemente por sus mentores. Se desplazan con soltura y no pocas veces nos hacen olvidar su edad por la parsimonia con que resuelven los problemas que las becerras plantean.


PITÓN IZQUIERDO En muchos momentos mágicos ligan un pase con el otro con apenas un paso intermedio y un giro de muñeca suave que la becerra obedece. Si supieran que para nosotros son lances a un toro hecho y derecho y para ellos son dados a la becerra. ¡Cómo se anticipan los días triunfales de los próximos diez años en las plazas del mundo, oyendo los óles en esta tarde juarense!


PITÓN DERECHO El triunfador fue ¨El Maletilla¨ quien iluminó la tarde con las verónicas en contra querencia y los naturales en los medios.


PITÓN IZQUIERDO También en el otro extremo del país, allá en Kinchil, Yucatán Mariangel Segovia de la Escuela Taurina CTM de Mérida, sabe reposar el cuerpo mientras con la muñeca guía las embestidas de la becerra en una plaza hecha con troncos, barrotes y sogas. ¡Óle por la Princesa Maya!


1 comentario:

Unknown dijo...

Muchísimas gracias mi querido amigo Bibliofilo, sabe que en Yucatán se le quiere.