sábado, 18 de julio de 2009

LA INVENTIVA DE JOSÉ TOMÁS


PITÓN IZQUIERDO Al estar en la narración de la proeza de José Tomás encerrado en la monumental de Barcelona, Julio Téllez en su segmento Toros y Toreros dijo que alguna vez conversando con Paco Camino, sobre una buena tarde de éste, le preguntó si había intentado, al dar los pases, rendir un homenaje a la forma de torear de algunos toreros insignes. El de Camas contestó: “Todos los buenos toreros, nos parecemos”

PITÓN DERECHO Algo similar dijo Jorge Luis Borges (¿O es José Luis Borgues?). en alguna ocasión: tenía la sospecha que todos los buenos libros habían sido escritos por un mismo autor. Es que la calidad de los señalados, diríamos nosotros, se orienta a la perfección. Es fácil suponer que todo lo bueno tiende a la unidad. Al acercarse a la perfección, todos deben parecerse.

PITÓN IZQUIERDO Regreso con Tomás. En esa encerrona en Barcelona hizo una de las demostraciones de sencillez torera más vinculada a la calidad que hayamos visto. La elegancia es la sencillez. Y no sólo en el toreo sino en el vestir, en el hablar, en el escribir, en el galantear, en la búsqueda de su lugar en la vida. Este principio que rige los buenos gustos y mejores maneras, es tan difícil de seguir que a menudo caen, los que quieren ser elegantes a toda costa, en el barroquismo, que por definición es algo contrario a la sencillez.

PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ Pues bien, Tomás fue sencillo, sobrio, sin ser insulso y elegante hasta sin toro. Un ejemplo: José Tomás citó y recibió con una tersa vitolina que pareció la extraía desde la creación del mundo. Cuando el toro terminó la embestida, todavía de espaldas el torero, se pasó la muleta a la izquierda y presentó el engaño del lado en que va el estoque y fue así como le dio la salida al toro, en un hermoso pase que no recuerdo haber visto antes.

PITÓN DERECHO Otra de las sutilezas con que ornó el uso del capote fue la veintena de verónicas a los cuatro toros que se reseñaron. En ninguna dio un paso atrás. Ni un solo paso atrás. Eso un día cercano al 12 de julio, que es uno de los dos que en el año se dedican a Santa Verónica. Fue mejor su homenaje que el que yo le dedique a la Santa. Hermosura tal recuerdo haberla disfrutado con Manolo, Mariano, Paco Camino y El Zotoluco. Ni un paso atrás. Aunque parezca consigna de insurrecto, es un principio para torear a la verónica.

PITÓN IZQUIERDO Otra de las finuras con que sosegó la tarde fue que al terminar cada tanda no la remataba con desprecio, sin desplegar expresiones vociferantes, no dio espadazos al aire, tampoco degradó al toro. De veras que respeta los aires que trae cada toro que sale a la arena. Sin retarlo a que le rompa el corazón, abriéndose la chaquetilla. Sin rebajarlo con desplantes desagradecidos, sin abandonarlo con despecho, después de haberle sacado pases de estuche. Qué torero es José Tomás. El próximo lunes 20 de julio en el Canal de IPN por la noche, habrá que ver el final de la corrida.

PITÓN DERECHO Con la leve diligencia con que José Tomas torea y de hecho con la que torean prácticamente todos los toreros actuales, nunca se había toreado. Obviamente, con aquellos toros ásperos, antes de que los ganaderos decantaran las características de los toros que han materializado en el toro actual, no se podía dar ese toreo sedoso.

PITÓN IZQUIERDO Me saco de la manga un artículo de Nicolás Rangel en su Historia del Toreo en México en que nos deja oír a Juan Suárez de Peralta: “Toros, no se encerraban menos de setenta y ochenta toros, que los traían de los chichimecas, escojidos (Sic), bravísimos que lo son a causa de que se debe de haber toro que tiene veinte años y no visto hombre, que son cimarrones,...”

PITÓN DERECHO No puede uno dejar de elucubrar en el tipo de lidia que exigirían o que se les podía dar a esos toros. Veinte años de edad y cimarrones. La imaginación apenas puede armar un escenario con toreros de aquel tiempo acodados en los burladeros viendo como torea José Tomás en el siglo XXI. Pensarían que habría un ingenio dentro de un cuerpo de toro.

PITÓN IZQUIERDO La diferencia entre aquellos animales y los actuales se explica por los años de selección de genes, de cruces, de encastes, de ligas, de pastos, de alimentos naturales y elaborados, de avances de la medicina veterinaria. Del gusto de la afición, de la opinión de las figuras en activo o retiradas, ya que algunos una vez sin coleta, se hacen ganaderos y por lógica elemental, tratarán de generar un toro muy acorde a su interpretación del toreo que los hizo mandones. Es una forma de influir en el gusto de la afición y de cambiar los toros y sus embestidas. Es una buena manera de entender cómo la cultura imperante marca los gustos de todo lo que se aplaude o se repudia y que en anteriores siglos tal vez fuera lo opuesto.

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