viernes, 25 de noviembre de 2011

PONCIANISTAS Y CARPETOVETÓNICOS, UNÍOS


PITÓN DERECHO Cuando las figuras del momento, y siempre es momento para las figuras, pueden mandar buscan billetes grandes con los que puedan envolver y regalarse toros chicos. ¿Desde cuándo se ha oído tamaña verdad? Cuando la afición lo exige (No lo ganaderos, no los empresarios, no ellos mismos, ni los críticos: es la afición exigente la que se impone), entonces se enfrentan a toros serios. Ya obligados al toro serio de todas maneras si pueden y algunos pueden, escogen las ganaderías. Si no llega a tanto su soberanía, con tal de propiciar su comodidad aprovechando su cartel entonces evitan el sorteo escogiendo su lote directamente, faltaba más. 

PITÓN IZQUIERDO Pero si el juez de plaza cumple con el reglamento y muchos lo hacen, entonces obliga a la distribución aleatoria de los lotes entre los alternantes. Aquí es cuando llega el toro de regalo. Tal vez ese sea el secreto. Algún torero con cierta urgencia de mantener o lograr su visibilidad, descartando su buena suerte en el sorteo, aparta un toro sobrero a su gusto para “regalarlo” si se da el caso y así redondear la tarde, si no es que justificar su presencia en el cartel. 

PITÓN DERECHO Yo como aficionado disfruto ver torear aunque sean toros de los Reyes Magos. Hay otros, por supuesto, que no aceptan que se toree algo más que lo que tocó en el sorteo. Piensan que es mucha ventaja, dicen, para el  torero que “regala” toros. 

PITÓN IZQUIERDO Ventaja, ventaja, no siempre. Ahí tenemos los regalados durante la tercera de las corridas de la Plaza México. Sebastián Castella y Juan Pablo Sánchez lo hicieron. Ninguno había cortado apéndices, aunque Juan Pablo Sánchez había perdido dos por fallar con la espada. Con los obsequiados se pensaban montar en hombros. Claro que la única certeza real que da el toro de regalo es que el diestro o sus auxiliares lo escrudiñaron, tal vez en la misma dehesa, a su pleno gusto. Pero su desempeño sobre la arena no está asegurado. 

PITÓN IZQUIERDO. OTRA VEZ En esa corrida Sebastián Castella, después de dar una tanda con la izquierda, remata con el de pecho. Castella mantiene el engaño en alto, lo pliega como cartucho, o cucurucho. El toro vuelve pronto y embiste de nuevo. Castella al verlo venir, baja el brazo al tiempo que despliega la muleta, sin mover los pies, recoge la embestida inesperada, tira del toro y da el pase del Desdén. Óle. 

PITÓN DERECHO Esa hermosura me permite cambiar de lidia. Parte de lo que estamos viendo en la temporada de La México, es el toro noble, fijo, débil, chico, con decenas de pases, de embestida lenta. Y ese toro ha cumplido para marcar la fiesta mexicana en sus rasgos más distintivos. Una particularidad derivada de su fijeza noble es que al toro mexicano se le pueden dar más de dos pases con el mismo cite. Es decir, si no se le quita el engaño de la cara, continúa con el ímpetu y si el diestro tiene temple y sobre todo imaginación, puede darle varios pases, sin necesidad de volver a citar.  

PITÓN IZQUIERDO Es el rasgo de las ganaderías mexicanas. La cadencia de ligar varios pases con el mismo cite es algo ya común entre los toreros de la zona VIP. En general el buen toro mexicano permite esos lujos. Por eso el invierno mexicano es destino insustituible para el desarrollo artístico de los toreros en general, y en particular de los españoles. Se puede aprender a no retirar el engaño sin ahogar al toro y engarzar varios óles largos. 

PITÓN DERECHO La mayoría de los toreros pierden más terreno por falta de mando que por revolvimiento rápido del toro. De ahí las gráciles carreritas. Con un toro que permite, que pide el temple, la ligazón de pases con un mínimo de pasos, es hermosamente posible. Es el rasgo de las ganaderías mexicanas. Es el curso invernal mexicano para pulir el arte del toreo. El curso estival español es para que los maestros del toreo le puedan al toro. Es el rasgo de las ganaderías ibéricas. Órale. 

PITÓN IZQUIERDO Si el toro mexicano saliera con más presencia… Si el toro español tuviera más pases… Si los carpetovetónicos pidieran a los ganaderos toros con recorrido y persistencia. Si los poncianistas exigieran toros con cara de toro.  Y que les hicieran caso a ambos.

PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ Tener que escoger entre la fiesta mexicana y la española, sólo lo hace uno poncianista si escoge la nobleza fija casi interminable. Ese toro mexicano que permite varios pases engarzados en un solo cite. Claro, siempre y cuando el torero sepa mandar e improvisar. Que es el caso de algunos como Saldívar, Ponce, Flores, Castella, y ahora Juan Pablo Sánchez. Resulta ser una minoría selecta encabezada por El Juli y …Talavante. 
PITÓN DERECHO Si los poncianistas se unieran para exigir presencia en los toros mexicanos sin que perdieran (los toros), su rendimiento longevo y los carpetovetónicos exigieran que al toro español le añadieran cuerda para que tuviera decenas de pases, tendríamos a la afición unida en dos paraísos taurómacos: el toro mexicano con presencia y el toro español con decenas de pases allá. Carpetovetónicos y Poncianistas, uníos.




DESPLANTE ¿Quién tendría la tarea más fácil?

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