TOCANDO AL TORO Una amiga aficionada neófita me pregunta: ¿Corrida
limpia-corrales? Le contesto.
PITÓN DERECHO Los toros y novillos que se rezagan en los corrales
tienen distintas biografías. Algunos llegaron como novillos con cornamenta
modesta y poco cuajo, sobre manos y patas pequeñas, hace ya tiempo. Ahora,
pasado cuando menos un año dan miedo por cornalones y tener pezuñas destartaladas
por tanto caminar en blando sin gastarlas. Se han quedado por varias razones; en su momento los matadores de cierto cartel les
hicieron el feo y el toro despreciado extraña su ambiente y las corraletas no
son propicias para hacer lo que su genética ordena: embestir. En esas
condiciones de establo, es altamente probable que permanezcan inéditos. Otros
puede ser que hayan sido “indultados” por virtudes inferiores a las que un
ganadero considera necesarias para regresarlo a padrear en sus dehesas. Luego
de ser curados uno pensaría que languidecen por una segunda salida a la arena y
si lo hacen son de alerta roja.
PITÓN IZQUIERDO Los toros generan gastos tanto en los corrales como
en los llanos y urge hacer algo con
ellos. Aparecen dos o tres desesperados toreros que no han visto un cuerno en
temporadas y están dispuestos a atragantarse con tales morlacos. El sagaz
empresario arma un festival y aprovecha el entusiasmo de toreros y realiza su
corrida “limpia-corrales”, que por supuesto no anuncia así. El encierro puede
anunciarse como de toros de distintas procedencias, lo cual es cierto, pero lejos
de ser una corrida de concurso de ganaderías es, más bien una de recalentados
de fin de temporada o temporadas.
PITÓN DERECHO Y ya que estamos en la limpia de corrales, también escombraré
esta columna con algunos asuntillos arrinconados. Esta emana pasaron en Toros y
Toreros, dirigida por Julio Téllez en el Canal 11, a Conchita Cintrón (Mi
Conchita), recibiendo clases de capote, imagínense Ustedes, de José Ortiz, el Orfebre
Tapatío, uno de los creadores taurinos. De
su autoría son varios quites, el de Oro, La Tapatía y La Orticina. Qué suerte
ver al creador con sus criaturas. ¿Y recordar a Conchita? Magnífica torera de
montura y a pié.
PITÓN IZQUIERDO En el corto prodigioso, Pepe Ortiz con los vuelos
del capote, verdaderas prolongaciones de su personalidad acciona las muñecas,
las piernas, la cintura, el cuello y sobre todo incorpora el corazón para
cargar de estética las evoluciones frente a un toro imaginario. Óle. A un lado,
alborozada, Conchita Cintrón festeja la danza que está en blanco, negro y
sutilezas grisáceas lo cual está bien porque resultan ser los colores de la
nostalgia. Órale.
PITÓN DERECHO La película se llamó Maravilla del Toreo, dirigida por Raphael J. Sevilla, estrenada en febrero
de 1943, en el cine Palacio de la Ciudad de México, tres años antes de la
inauguración de la Plaza México, donde también triunfó Conchita. Como
afortunada coincidencia hoy es el día de las Conchitas (8 de diciembre), fecha
popular en que le firmaban corridas a Cintrón en Guadalajara.
PITÓN IZQUIERDO También aprovecho este día de fregón para
deshacerme de algo que me da gusto: en la corrida del 6 de noviembre en La
México, Arturo Saldívar cortó el rabo 121, sin contar los otorgados a los
rejoneadores. Yo estuve en el tendido. Pues bien, este columnista también vio desde
los tendidos el corte del 1º en febrero
de 1946. Fue para Silverio Pérez, en un Mano a Mano con Manolete y ya me
deshice del compromiso interno de
escribirlo pues lo reconstruí en una columna elevada nostálgicamente en este
blog.
PITÓN DERECHO Aun hay otro rezago que tal vez mereciera una columna completa, pero
sólo le asignaré párrafos.
PITÓN IZQUIERDO Hay un género de crítica popular que parece
trastabillar al borde de la extinción, al menos en México: el referéndum
taurino. Para esta figura de participación ciudadana se necesita, primero, la
presencia abierta de una figura pública en una corrida de toros, y en segundo
lugar, la multitud anónima que la descubre. Luego empieza a desmoronarse el murmullo en los tendidos al paso del
nombre de boca en boca hasta que empieza el abucheo, la rechifla o bien, en
casos singulares, el aplauso.
PITÓN DERECHO Este ente democrático no está en agonía, sino inactivo,
y puede resurgir en cualquier tarde de seda, sangre y sol, cuando se decida
algún prócer a ser descubierto entre los aficionados. Es decir, va a llevar
tiempo, porque los ostentosos no conviven entre las multitudes que no hayan
sido convocadas por sus porristas. Cualquier muchedumbre congregada por cualquier
otro motivo festivo desmantelaría la “popularidad” de uno que se atreviera a pavonearse
ante el pueblo.
PITÓN IZQUIERDO Las que sí están activadas y tienen respuestas
instantáneas son las llamadas redes sociales. Cualquier político o figura del
espectáculo puede maquillar su egoteca hasta hacerla florecer en el departamento de comunicación social, que
hace las de veces de vivero, pero cuando resbala y patina su verdadero yo,
alguien despliega las redes sociales y captan sus andanzas y traspiés y su ego
queda expuesto para siempre, colgado de las redes, chorreando.
PITÓN DERECHO Esto viene al caso, porque recientemente navegamos por
el espacio cibernético (Imposible “navegar por las redes”, como nos puede aclarar
cualquier pescador), y encontramos sitios de infamia y denuncia contra todo
mundo: contra políticos palurdos, toreros heridos a los que hacen escarnio, a
favor y en contra de los silicones amasados con algo de botox y disfrazados de
mujeres y ataques a la fiesta taurina y sus adláteres. Pensamos que entre esos
indignados se cuentan algunos aficionados que no tienen oportunidad de gritarlo
en las corridas, porque nadie se arriesga para ser blanco y diana de injurias de
alta precisión emitidas desde el anonimato enfiestado.
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