viernes, 27 de enero de 2012

LA TALAVANTINA

PITÓN DERECHO En los momentos finales de la faena, el torero y el toro ya con medios pases se enfrentan, tal vez, por penúltima ocasión. El torero decide culminar su dominio técnico. Coloca la muleta a su espalda. Busca que la base del estaquillador y el pico, queden paralelos a las puntas de los cuernos. En esa posición con el brazo izquierdo en alto y con el cuerpo en medio del engaño y toro, con el pico de la muleta toca el pitón derecho. El toro responde y el torero columpia la muleta y con el otro extremo del engaño toca ahora el pitón izquierdo; el toro cambia ahora la cabezada. Luego el matador vuelve a tocar el pitón derecho con el pico de la sarga, para después tocar el pitón izquierdo. Lo puede hacer varias veces porque el toro está dominado o a la defensiva, sin pases.

PITÓN IZQUIERDO Es la Regiomontana: un alarde de dominio. Se le acredita a Manolo Martínez o a Eloy Cavazos, según el libro que lea uno, aunque Cavazos, que la prodigaba, no haya nacido en Monterrey.

PITÓN DERECHO Cambiemos de toro y también de momento de la lidia. Ahora los protagonistas se encuentran a mitad de faena. El toro tiene aún pases dentro. No abre el hocico y mantiene el recorrido noble y bravo. El matador torea por la derecha, después de despedirlo, espera que el toro reanude y  al mismo tiempo sin cambiar el perfil desde que hizo el despido con la derecha, se echa la muleta a la espalda. Con el pico recoge la embestida por el cuerno izquierdo, dibujando una Arrucina. Gira lentamente a favor de la embestida, recordándonos al Ciclón, termina el circuito y cuando el toro reinicia la embestida ya el matador lo espera pero ahora lo mete por el revés de la muleta, dentro de una media Vitolina sedosa, con la muleta recogiendo al cuerno derecho. Sigue la evolución del pase y con esa misma media Vitolina se apresta de nuevo, una vez terminada,  pasando la muleta a la espalda, a ceñirse en otra Arrucina y luego la liga con la media Vitolina y luego…

PITÓN IZQUIERDO La Arrucina, sabemos se ejecuta en sentido contrario al reloj, la Vitolina, por su cuenta, a favor. La estética conmueve porque ambos pases, en sentido contrario, se hacen con la misma mano y se requiere la coreografía elegante del matador además la nobilísima embestida del toro. Óle.  

PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ  Por las características de los ganaderías bravas de hace un siglo, pases como el que ahora comentamos no se podían soñar sino en circunstancias de excepción. Con la evolución inducida por los ganaderos a sus pupilos, y de acuerdo al paradigma de toro de lidia que ahora impera  y que impone la nobleza y bravura sobre otros rasgos estamos en un burladero de privilegio para extasiarnos con la creatividad de los toreros a quienes se les ha  entregado un toro suavizado y ennoblecido con muchos pases.

PITÓN DERECHO Tendremos que detenernos un poco. Cierto que es parte de la tauromaquia eslabonar pases pero casi siempre esa ligazón de pases de distinta hechura, se necesita un cite por cada pase. Cuando la condición del toro permite danzar con esa suavidad, casi submarina, entonces esos dos o tres pases son parte de una sola coreografía en ascenso hacia la estética taurina.
 
PITÓN IZQUIERDO Varias veces Talavante nos ha entregado esa amalgama de esos pases descritos que bien pueden llamarse La Talavantina. Ambos pases tienen más edad que Talavante, pero no habían sido combinados con tal suavidad. Entonces, propongo que la combinación de ellos tenga por nombre La Talavantina.

PITÓN DERECHO Hicimos mención a la regiomontana porque los toques con que se integra parecerían sendos preludios; el toque del cuerno derecho, de la Arrucina y el toque del izquierdo, de la media Vitolina.




PITÓN IZQUIERDO El aporte de Talavante es la transición de un pase de dominio a uno de estética. Su creatividad nos ha entregado otro motivo para admirar la fiesta brava: la interminable evolución hacia la belleza y de arrobarse ante el peligro mortal suavizado por sedas y percales.

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