PATIO DE CUADRILLAS
La ganadería de reses bravas asentada en Atenco y la corrida de ¨ciertos¨ toros informada por el mismísimo Cortés en el primer tercio del siglo XVI le dan a México un legado taurino de siglos que comparte con otros pueblos con antecedentes taurómacos pero que en México ese linaje está sometido a revisiones constantes y descalificaciones reiteradas: ¨Las indias no paren toreros¨ y ¨El torito mexicano¨ por lo tanto La Fiesta en manos, capotes y muletas mexicanas con toros aclimatados resulta casi espuria.LIÁNDOSE EL CAPOTE DE PASEO Podemos contar varios arreones históricos que la tauromaquia mexicana ha sufrido casi en dos siglos y medio: las prohibiciones presidenciales de Juárez y Carranza, la reforma agraria, la implantación de la ortodoxia de Mazzantini con tufo de mercantilismo, el carpetovetónico dictamen definitivo de quienes son los que torean bien. Los dos bloqueos del pavor taurino, la fiebre aftosa. Todo esto ha obligado a los aficionados mexicanos a una revisión permanente de la forma de preservar y renovar La Fiesta en México. Asunto que incluye la reubicación y desarrollo de las ganaderías, las temporadas de novilladas, las escuelas taurinas, la importación de ¨figuras¨ y la confección de carteles por nacionalidad.
TALLANDO LA TIZA Pese a esos esfuerzos la asistencia pública a los rituales taurinos en México ha estado en declive las últimas temporadas. (La única excepción serían las fiestas de la península yucateca.) Hace 500 años la interpenetración cultural que se dio a la llegada de los españoles incluyó la inserción de la fiesta taurina en los rituales prehispánicos afines. O dicho desde otro ángulo: los rituales prehispánicos tuvieron avatares en las impuestas fiestas católicas. Y aconteció que las deidades católicas fueron (y son), festejadas como advocaciones de las oriundas y de ahí la gran devoción con que se les rinde en cualquier latitud y longitud de nuestro país. Recordemos que los festivales taurinos forman parte de la mayoría de tales festejos religiosos.CIELO ANDALUZ Llama la atención que siendo la religión mayoritaria mexicana una institución tan ligada por el folclore a las festividades taurinas, pocos comentaristas han empatado las menguantes asistencias a las misas, confesiones y ejercicios espirituales con los tendidos desfallecientes en los rituales taurinos de las ferias regionales. ¿Por qué no tratan simultáneamente ambos decaimientos de las antes nutridas asistencias a los respectivos rituales?
PITÓN DERECHO Al avanzar la plaga se redujeron los festejos y se cancelaron ferias y la salida de emergencia fue pasar por TV festejos antiguos con desbordados aforos, entrevistas con taurinos y documentales del ambiente. Al paso del primer año de penuria, la pena no llegó a la resignación, aunque los cosos se empolvaron y los toros cumplieron años. Las tientas fueron más codiciadas; los ganaderos empezaron a perder dinero y los toreros y comerciantes periféricos y los que sacan en hombros a algunas figuras, a dejar de ganarlo. Los del primer grupo obligados a torear en sus bien acondicionadas fincas y los demás a hacerlo en democrático salón.
PITÓN IZQUIERDO Nos encontramos luego con toros cinqueños y toreros parados y acostumbrados a los cuatreños. Poco a poco la imaginación de los afrentados por la crisis empezó a proponer soluciones más definitivas. Las benditas redes sociales fueron traídas como soluciones momentáneas. Se revivieron sistemáticamente videos con hazañas, se repitieron corridas y poco a poco empezaron a darse festivales, corridas formales en plazas de segunda con asistencia regulada a un mínimo y las audiencias internacionales con paga casi simbólica. ¨Algo es algo¨, dijo el dios Tauro y organizó festejos con cinqueños y toreros semi parados.
PINCHAZO En una ocasión en Cinco Villas salió un novillo con trapío y oímos decir al novel novillero acostumbrado a los becerrones: ¨ ¿Y yo que hago con esto? ¨ Podríamos imaginar que esta pregunta se hizo el gremio taurino frente a la pandemia cuando sale por toriles Covid19 Ganadería Apocalipsis y eso que están acostumbrados a la parasitosis tradicional que agobia a la Fiesta. ¨ ¿Y ahora qué hacemos con esto? ¨
PUNTILLA La parasitosis tradicional que atribula la Fiesta es un Prurito comparado con la Pandemia que la tiene en la Unidad de Cuidados Intensivos.
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