viernes, 11 de febrero de 2011

LOS TRIUNFOS CON LOS TOROS DE REGALO

PITÓN DERECHO En la corrida del Aniversario LXV de la plaza México, se programaron ocho toros para los cuatro diestros: El Zotoluco, Enrique Ponce, El Zapata y Sebastián Castella. Además, por la misma entrada recibimos dos más de aguinaldo. Hubo un toro escuálido devuelto, lo que eleva el gran total a once toros salidos por Toriles y diez por Arrastre, esa tarde.

PITÓN IZQUIERDO El Zotoluco bregando con pundonor y suspenso enorme no pudo redondear. Enrique Ponce se ahondó en sus pases y cortó la primera oreja, El Zapata deslumbró con las banderillas. En su segundo casi pone dos pares con el mismo cite, pero con dos embestidas. El toro se dolió y no cargó por lo que el doble par quedó en la imaginación. Sebastián Castella (Por fa, rímenlo con Estrella, porque es apellido español) hizo su toreo acompasado y ligado. Los dos extranjeros decidieron regalar sendos toros, tal vez empujados por los ecos del estruendo de la tarde de El Juli, el domingo anterior.

PITÓN DERECHO Y ya que hablamos de estruendo, quiero referirme a lo que no se menciona cuando se habla de la reacción del aficionado entusiasmado: las entonaciones de los de los óles y los olés. Sabemos que en México se inclina por la primera entonación y la segunda es europea. Pero ahora no atendemos a esta preferencia de dónde poner el acento. Quiero señalar otgro asunto, la exclamación musical que el público entona cuando el pase ejecutado lo conmueve. Para mejor ilustrar el caso, les sugiero que vean el video de la corrida del aniversario.

www.youtube.com/watch?v=rOTC_b5y6eY

PITÓN IZQUIERDO Ahí escucharán el óle profundo, cavernoso, gregoriano, con que los aficionados celebran los buenos lances de Ponce. Luego el óle más lírico y alegre cuando los hace Castella. En medio de esos registros musicales extremos, se encuentran las reacciones al desempeño de El Zotoluco y de El Zapata. Pudiéramos estirar hasta lo absurdo el símil musical diciendo que los óles para Ponce son de pecho y los dedicados a Castella de garganta.

REMATE Vean y escuchen el video. Esta es, señores aficionados, la reacción con que los aficionados respondemos al temple.

PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ Volvemos a la corrida. El encierro con el trapío prendido de alfileres tolerantes, también fue débil. Rodaban los animales. Con decir que el del triunfo de Castella, el de regalo, marcaba menos que el peso anunciado del devuelto por fifiriche. El piquero de querencia lo atendió y el de barrera de matadores apenas lo rasguñó. Aún así, el populacho estuvo pidiendo el indulto.

PITÓN DERECHO Finalmente con la oreja que cortó Ponce a su regalado y la anterior al primero, salió en hombros. El francés por su cuenta, cortó las dos orejas al de obsequio y acompañó a Ponce en el recorrido triunfal. La plaza llena y alborozada es un espectáculo memorable. La reventa en todo su esplendor impune. Los grupos anti taurinos pidieron infiltrar agentes en la tarde, quienes cumplieron en pitar a los picadores e incumplieron cuando aplaudían el de rodar los toros, al primer espadazo. Además, pidieron el l indulto en el 2º de regalo. Estos infiltrados piden el perdón al menor desempeño de animal noble y fijo y da la impresión que si es débil, tanto mejor. Se avizoran más toros indultados, lo que es una forma soslayada de redactar el preámbulo a las corridas verdes.

PITÓN DERECHO El toro de regalo no se menciona en el reglamento de la Monumental México. La costumbre y el uso es lo que explica su presencia que, ciertamente, recibe la bienvenida mayoritaria del público taurino, el real y el virtual. No deja de llamar la atención que siendo un participante no reseñado previamente, el toro de obsequio queda sujeto, desde su alojamiento en las corraletas y sobre la arena, a los usos y costumbres del festejo. Al salir al ruedo no recibe tratamiento distinto al de los toros anunciados días antes.

PITÓN IZQUIERDO ¿Por qué pisa la arena el toro del obsequio? (1) Porque un diestro quiere salir con el triunfo que no ha redondeado con su lote y desea tanto el reconocimiento que hasta paga por el toro (2) O bien, un empresario, insatisfecho por los toros de la lidia normal, necesita que se dé un triunfo memorable que deje entusiasmada a la afición para la siguiente taquilla.

PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ. De acuerdo al comportamiento usual de los toros de lidia, no hay una certeza que el toro vaya a dar un juego tal, que el diestro triunfe. Aunque sí se cuenta con elementos que alimentan la esperanza: (1) El diestro voluntarioso que se arriesga para demostrar su valía (2) El público insatisfecho y deseoso y, por lo mismo, fácil de complacer dispuesto a aplaudir el menor esbozo de verdad taurina y (3) La sospecha que el diestro, su apoderado o la empresa, ya tenían reseñado el toro con anticipación ventajosa.

PITÓN DERECHO Cada tarde en que se “regalan” toros, los aficionados se atrincheran en dos corrillos: Los que atacan porque el toro de regalo es una ventaja para el obsequiante y los que lo defienden por considerar que es un derecho del diestro generoso que quiere trascender la tarde. Parece que no se percatan de la historia taurina: el regalo no es una práctica antigua. Simplemente por el nivel de económico que tenían los torerillos de siglos pasados, que se presentaban en las plazas cercadas con maderos y donde exponían la vida. Nos dicen los libros que un buen desempeño merecía una o dos orejas que se canjeaban por sendos perniles del animal sacrificado.

DESPLANTE De lo anterior se induce que literalmente toreaban para comer. En esa situación precaria de toreros sometidos a los calendarios de las fiestas y ferias y obligados a la peregrinación, los toros de regalo, pagados por los torerillos, simplemente eran una opción inexistente.

martes, 1 de febrero de 2011

EL TORO DE REGALO

PITÓN DERECHO El Juli, ya dijimos en otra columna, recibe el tratamiento que le daban a Carlos Arruza. El Ciclón para algunos, era un español toreando en México y cuando lo hacía en España, era un mexicano para los españoles. La rivalidad taurina entre Manolete y un mexicano, tenía diferente protagonista azteca, según donde fuera el encuentro. Si era en México, el ”mexicano” era Silverio. Si era en España, el “mexicano “era Arruza. Parecería que Arruza nunca toreaba en su patria. También a El Juli suelen tratarlo como español cuando en México y en España lo avalúan, frecuentemente, como si se tratara de un mexicano.

PITÓN IZQUIERDO Creemos que todo puede aclararse si partimos del hecho histórico que El Juli es un torero mexicano…nacido en España. Además, por si fuera poco, tomó la alternativa en Francia. La doble nacionalidad taurina, pues. Por eso los carpetovetónicos le cicatean el reconocimiento, mientras que algunos “sudacas” mexicanos le reprochan que sea de los que “se siguen llevando el oro”, cuando actúa en México.

PITÓN DERECHO Así las cosas, llega el domingo 30 de enero de 2011. La plaza México, la más grande del mundo, ocupada casi en su totalidad, esa que preside el valle de Anáhuac, muy cercana a Atenco, donde sobrevive la ganadería más añeja del mundo taurino, fundada por Hernán Cortés. Esa tarde fue el disco de arena donde se dio el milagro de que floreciera el arte y se arrumbaran las nacionalidades rencorosas.

PITÓN IZQUIERDO Esa oscura tarde invernal El Juli regaló un toro cuando había echado al mundo del “hubiera sido” cuando menos dos orejas por fallar con la espada, en su segundo del lote reglamentario. Al terminar con la vida de Guapetón, el del regalo, El Juli también había terminado, cuando menos momentáneamente, con la querella que si era una español que triunfaba en México, o un mexicano que florecía entre los suyos o un artista universal sin necesidad de tener visa alguna. La afición de la plaza México le había estampado en su cédula el título definitivo: “Torero, torero.”

PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ Esa faena a Guapetón marca un hito en la vida no solamente de El Juli, sino de la misma fiesta: el momento en que el valor, la técnica, la capacidad de improvisar se hacen a un lado para que aparezca la estética bárbara de la fiesta de toros. La coreografía suave y tersa de un artista que acaricia la muerte sin ser bravucón, que danza frente al toro sin ser “pinturero”, que domina al toro, sin humillarlo, que templa la embestida sin aprovechar el viaje, que es suave sin ser lento, que nos deja ver cómo crea la belleza sin distraernos con su técnica o su valor. Óle.

PITÓN IZQUIERDO, UNA VEZ MÁS ¿Recordarán para siempre esos seis pases sin enmendar? O, esa arrucina inconclusa que resuelve con un molinete en espiral en ascenso de oro?

PITÓN IZQUIERDO. OTRA VEZ ¿Fue una alevosa ventaja, con respecto a sus alternantes haber regalado un toro? ¿Ustedes creen que si a El Payo le hubieran ofrecido otro toro, sin que tuviera que pagarlo, hubiera convenido en hacerlo?

PITÓN DERECHO Si los toros “de regalo” fueran gratis para los diestros ¿cuántos toreros se atreverían, con tal de sacarse la espina de una mala tarde en su lote reglamentario?

TEMPLANDO LA EMBESTIDA Además, para quienes cree que es una ventaja, ¿Quién asegura que va a ser bravo, noble y fijo? El toro de regalo, ¿garantiza que no va a cornear al diestro? El reglamento, ¿debería mencionar al toro de regalo?

APROVECHANDO EL VIAJE Entonces, si el público lo acepta, aunque los “conocedores” lo repudien, ¿el toro de regalo debe quedar previsto en los reglamentos? ¿Qué tal si no se hubiera regalado a GUAPETÓN? ¿Cuándo habríamos visto ese prodigio?

ESTOCADA EN TODO LO ALTO Por favor no salgan con la invidencia puritana que “No existe el hubiera”, porque tampoco gozaríamos la fantasía, ni la imaginación y esta columna tampoco tendría razón de ser. Claro que existe el hubiera.

PUNTILLA Nos atrevemos a vaticinar que próximamente veremos la diferencia entre templar y aprovechar el viaje.

martes, 25 de enero de 2011

LOS LIBROS DE TOROS


PITÓN DERECHO El 22 de enero de 1911 en la ciudad de México, según el libro de Lanfranchi, torearon Rodolfo Gaona y el español Antonio Fuentes un encierro español de Campos Varela. Gaona sobresalió con las verónicas y, claro, gaoneras pero no atinó con el estoque. Justos cien años después, la noche del sábado 22 de enero de este 2011, en Mexicali, B.C., se presentaba el libro “Entre el Estoque y la Reata” que da un vistazo a la vida artística del matador Eliseo Gómez, El Charro.

PITÓN IZQUIERDO Fue una noche divertida en la que reconstruimos la memoria taurina y nos divertimos con las anécdotas. Toda la tertulia rondó sobre los toros empero hay que decir que lo más taurino que ocurrió esa noche fue cuando el propio biografiado trazó con el capote quites de su creación, sobre el foro de la antigua Escuela Cuauhtémoc, ahora Casa de la Cultura, de Mexicali, B.C. Los asistentes no pudimos contener los óles cuando terminaban las ondulaciones sedosas y envolventes del artista. Es el legado de creatividad que nos obsequia El Charro a los aficionados en activo y a los futuros que están por nacer.

PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ La presentación de libro, de la autoría de Cazares Burgueño, resultó muy amena principalmente porque El Charro Gómez facilita la fluidez del diálogo y lo hace pasar a conversación amistosa y al rato la convierte en charla sabrosa. Los capítulos de la obra fueron intercalados a lo largo de poco más de un hora, en los recuerdos y anécdotas del El Charro. Se mantuvo así la atención del medio centenar de asistentes.

PITÓN DERECHO Pero cuando se disiparon las palabras, apareció el arte de El Charro. Se le pide que con un capote sobre el cual había dejado un saludo a la Peña Olé, Calafia, hiciera los tres quites de su creación. La Crinolina, La Serpentina, La Cruz. Con su figura ágil y esbelta (todavía pudiera enfundarse en el terno de su despedida, hace más de tres décadas), subió al foro de la antigua escuela primaria extendió el capote y lo convirtió en oleaje de colores ondulantes para escenificar los quites por él creados.

PITÓN DERECHO, OTRA VEZ Allí, sobre el piso de madera, que lo transformó en arena, vestido con traje de civil, ahora de luces, con iluminación artificial, que ya era sol, con un capote que en sus vuelos lleva firmas de los visitantes a los distintos actos de la peña, Eliseo Gómez, El Charro, matador de toros y taumaturgo, convirtió con su torerismo la noche en tarde de toros y los fascinados aficionados por cuenta propia pusimos el toro bravo de nuestra ganadería imaginada y lo vimos como embestía una y otra vez, embrujado por el arte de Eliseo. Óle.

PITÓN IZQUIERDO Algunos tuvimos la suerte de verlo frente a toros verdaderos. Ya en otra fecha recordé aquel toro con edad y trapío que una “figura” no quiso torear, o mejor dicho, lo torearía siempre y cuando el empresario le diera otra tarde. Un torero que no tenía sus domingos comprometidos pero que al ver aquel toro serio aceptaba torearlo, no para cortarle orejas sino para añadir una tarde a su calendario en blanco.

PITÓN DERECHO El juez de plaza lo obligó a torearlo, el torero deliberada y mañosamente hizo ver mal al toro y le echó el púbico villamelón al juez y obligaron a la devolución. El toro al que le hicieron el feo por su edad y peso, fue toreado al día siguiente, a puerta cerrada por Eliseo Gómez, con una docena de invitados y colados que pudimos constatar la afición y la vergüenza torera de El Charro al momento de despachar al toro. Esa anécdota no aparece en el libro que tampoco rinde estadísticas específicas de las corridas, ganaderías, ni trofeos obtenidos. Aporta, claro, grandes totales y semblanzas de su cartel. Esperamos una segunda edición corregida y aumentada.
PITÓN DERECHO Ningún libro biográfico puede ofrecer la vida completa del protagonista. Tampoco ninguno de nosotros recuerda todo lo vivido por uno mismo. Así que es de esperarse que al momento del recuerdo alguien nos refresque la memoria señalando algo notable que nos habíamos brincado a la torera. Así que el autor del libro tiene un segundo toro para lidiarlo. Por eso resulta notable que los toreros puedan recordar, a la hora de estar toreando un toro, a otro que ya lidiaron y que parece haber permanecido en el vivo, algo del estilo y temperamento que mostraron cuando fueron toreados.

PITÓN IZQUIERDO Este “Déjà vu” taurino es el que nos sobresalta cuando reconocemos en un lance lo que vimos en otro momento, o en otra vida, (¿quién pude aclarar esto?) Cuando Eliseo Gómez recordó a Conchita Cintrón (Autora de ¿Por qué vuelven los toreros) Me trastabilló el corazón porque la siento tan íntima a mi afición taurina (realmente no sé si la vi torear), que cuando escucho su nombre me parece que continúo una conversación reciente. Es mi torera.

DESPLANTE Aún más, cuando el matador Eliseo Gómez bosquejaba el pase de muleta que empieza como vitollina y que luego se transforma, dependiendo del recorrido, en arrucina o una vez preparada la arrucina, perdiendo de vista la cornamenta al girar, sacar un derechazo, recordé una evolución de la misma familia estética con que Talavante iluminó la tarde de hace tres domingos. Él concluyó el pase con un desdén salido de la arrucina.

ESTOCADA EN LO ALTO No se pierdan la corrida del próximo domingo, en la México. El Zotoluco, El Juli, y El Payo. Óle.

sábado, 1 de enero de 2011

EL NUEVO TORO


A la memoria de Quico Santana y su Misión cumplida


PITÓN DERECHO Esa tarde en Calafia Manolo armonizó varios pases seguidos y suficientes para llevar al toro de los medios a toriles, sin permitir momentos muertos. Fue una secuencia con la muleta armada con el estoque de muerte, lo que indica que lo hizo antes de retirarse, porque cuando volvió ya utilizó el simulado. Regresando a esa coreografía insólita, hecha a toro brindado a Quico Santana, éste correspondió la cortesía con una cena, Durante la misma, saboreada ya en otra columna, Manolo le restó importancia a la proeza, que a mí me había pasmado.

PITÓN IZQUIERDO También la memoria visual recrea aquella secuencia que El Juli le dio a un Barralva en Tijuana, y que requirió de una sola evolución, una sola. Con un cite montó tres pases. Fue con la derecha: el Barralva, que había sido incierto hasta ese momento, observaba desde lejos. El Juli le presentó la sarga y cuando arrancó la amplió, el toro se tocó, arremetió y al llegar a la jurisdicción inició El Juli el pase, embarcándolo, todavía sin templarlo y luego, al asentar los riñones se dio la densidad del temple en el fondo de la muleta y al despedirlo lo viró levemente para el siguiente pase. Óle.

PERDIÉNDO DE VISTA AL TORO La Dosantina, el Circurrete, la Poncina y otros más, son pases que por enredarse al toro casi en círculo completo, son en realidad varios pases sin solución de continuidad y que sólo con un toro “moderno” pueden disfrutar el autor y el público. Si se nos permite la insistencia diríamos que la fiesta de los toros ha ido, con el nuevo toro, de pases entrecortados por pasos de recuperación y enmienda, hasta dos o tres pases hilvanados, en una sola embestida.

PITÓN IZQUIERDO En la corrida de la México del 5-XII-10 Talavante amalgó una vitolina con una arrucina y un desdén, Empezó con la derecha, atrajo al toro, lo pasó y con el mismo trazo fluido se colocó la muleta a la espalda, giró a la derecha casi 180 grados y al volverse el toro, lo enganchó con una arrucina que desmayó en un desdén para despedirlo. Óle.

PITÓN DERECHO Todos los pases recordados fueron un montaje sin solución de continuidad, sin interrumpir la coreografía. Esto es, sin intercalar pausas en la acometida del toro y por lo mismo alargando el temple. En todos ellos la conjunción de toro y torero floreció en esa emoción estética exclusiva de la fiesta de los toros.

PITÓN IZQUIERDO Ahora bien, ¿Cómo son posibles proezas tales? A mediados de la centuria anterior difícilmente se hubieran visto con la frecuencia que ahora las disfrutamos. En las dehesas no pacían ese tipo de animales. Los ganaderos no hacían esa clase de crianzas. No habían logrado ligar, en tantos hatos, la nobleza con la fijeza, con ese temple.

PITÓN DERECHO Aclaramos que no se postula que el temple lo aporta exclusivamente el animal; el diestro hace lo suyo, que es lo más. Lo que sí nos atrevemos a decir que es más prenda del torero, que del animal. Un torero con ese don tiene más oportunidad de templar las embestidas de un toro con notas de tienta medianas, que un toro noble y bravo la tenga de ser sea templado por un diestro del segundo grupo que, a lo sumo, solamente aprovecharía la inercia de la embestida toreando con alegría al compás del toro, pero sin templarle en sus acometidas ni mucho menos trenzando dos o tres pases a partir de un solo cite.

PITÓN IZQUIERDO El domingo 12-XII-2010, en la plaza México, Castella indultó un toro con unos 70 pases, incluyendo 8 verónicas. En la pica el toro recibió un arañazo y perdió las manos. Los siguientes minutos fue llevado a media altura en decenas de pases lentos y envolventes y también cayó. Cuando fue concedido el indulto por la petición del público eufórico, el diestro francés trazó un meandro con pases lentos y terminó la vida pública de Guad

jueves, 30 de diciembre de 2010

EL NUEVO TORO II

PITÓN DERECHO Guadalupano, el agraciado por el indulto, fue fijo, lento y noble. Tal vez en ese orden. Castella detectó esos rasgos y lo toreó aprovechándolos diestramente. Al día siguiente un comentarista le menguó mérito a la faena por la boyantía y falta de bravura demostrada ¿Ese es un toro bravo?, preguntaba una y otra vez ante las imágenes que replicaban la coreografía de un pas de deux inolvidable.

PITÓN IZQUIERDO Se podría añadir que el toro indultado no demostró fuerza ni bravura frente al bridón acojinado, tampoco “hizo el avión”. Y es aquí donde queremos adentrarnos al cogollo del asunto. Necesariamente el público, incluidos los usuales conocedores, no ignoraron la cisión intrascendente, las débiles manos y la nobleza del toro, rayana en la inocencia de un novillo adelantado. Aún así, el alborozo fue multitudinario y se pidió el indulto. ¿Por qué?

PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ Porque nada hay tan irresistible como una idea cuyo momento histórico ha llegado. Señores, llegó a los tendidos la preferencia del público por un toro que pareciera haber sido picado antes de hacer su salida, para ahorrarse el espectáculo. Ese gusto empezó a tomar forma, tal vez, desde que acolchonaron los caballos y, una vez protegidos los corceles, siguieron las rechiflas a los piqueros cuando aparecen en la arena, antes de medio cumplir su tarea.

DESPLANTE Esto es, los del castoreño ya hace años que son censurados antes de que lo merezcan. Su rudeza necesaria para los toros de antaño, ahora es percibido como rezago anacrónico de violencia innecesaria ante toros que fueron creados para colaborar. Nosotros estamos por las corridas rojas. Y las corridas rojas necesitan un toro bravo. Por eso al ver venir las verdes, porque ya se cuenta con un toro muy al gusto de la blandura de los ecologistas, nos agüitamos (El purista diría, acuitamos), porque pasará el tiempo para acostumbrarnos -sería mejor decir, conformarnos- con un espectáculo que carecerá de fondo trágico para convertirse en un evento folclórico, con alto rating en el Animal Channel.

viernes, 19 de noviembre de 2010

¿QUIÉN CAMBIÓ LA FIESTA?

PITÓN IZQUIERDO Es aceptado por unanimidad que el toro es el protagonista de la fiesta. Pero la realidad es que muchas veces es partiquino del lucimiento del Empresario o de la Figura. También el público compra con su entrada la oportunidad de ser el protagonista. Si llega a embelesarse con faenas a novillos o toros inofensivos puede recibir la repetición del evento. El púbico manda y puede echar a perder la fiesta a los “conocedores” y, por si fuera poco, cuando el empresario, el torero, o el ganadero se imponen y le quitan al público la iniciativa, carcomen generalmente la esencia a la fiesta. Con algunas variantes siempre se han dado las simulaciones en la fiesta lo cual no cancela el peligro de muerte que se balancea en la cornamenta de los animales que podrán ser de la nobleza taurómaca pero no dejan de representar peligro.

PITÓN DERECHO La idea que quisimos desarrollar en la columna anterior sostiene que los ganaderos de reses bravas, al cambiar el tipo de toro, tarea en la que se aplicaron por más de un siglo, obligaron al MATADOR a hacerse TORERO y a lidiar de otra manera más templada y prolongada. Este estilo de toreo, que fue posible por el nuevo toro, finalmente hizo que los del tendido encontraran en los pases y no en la estocada, el cogollo para su deleite taurino. Se superó así, la magra satisfacción de conformarse con faenas en las que la sola estocada merecía la oreja, y se llegó a la nueva experiencia de presenciar lidias prolongadas en que a pesar de la ineficaz toledana, se pedían, no pocas veces con bronca, el corte de trofeos.

PITÓN IZQUIERDO Pero ésta sólo es una de muchas formas de contar lo que pasó. Si el diestro, MATADOR a principios del XX se había convertido en TORERO en los finales, también los CONOCEDORES fueron superados numéricamente por la MASA. Lo anterior no niega que aún existan MATADORES así como tendidos ocupados por CONOCEDORES, pero estamos hablando de las tendencias. Las mayorías que se formaron con el tránsito del tiempo terminan por imponer sus gustos.

PITÓN DERECHO También dijimos que cada toro tiene lidia, y ahora recordemos que cada torero también tiene una forma de lidiar diferente debido, ente otras cosas, a su muy personal técnica, valentía y creatividad estética. Las combinaciones son infinitas. De igual manera cada corrida tiene sus particularidades y cada cronista o comentador, haría una narración propia. De nuevo, las combinaciones son infinitas.

PERDIÉNDOLE LA CARA AL TORO Por lo mismo podemos postular que todas las historias, la de las religiones, las de las naciones, las de revoluciones, las de pingüinos, de la medicina, la de cualquier asunto, pueden contarse de distintas maneras, aunque sean aparentemente los mismos hechos los narrados. Entonces, si es tal, podemos proponer distintas narraciones del mismo hecho del cambio que tuvo del toro de lidia que pasó de enemigo a socio.

PITÓN IZQUIERDO Una versión distinta sería decir que fue el gusto del público y no el de los ganaderos, el que obligó a los empresarios a presentar, y a los toreros a enfrentar, un toro que complaciera el gusto del público, que es el que paga. Entonces, la mutación del toro habría sido fue por exigencia de las entradas, la genética fue buscada por cada ganadero para complacer a los tendidos. El pagador, el que se “retrata” en la taquilla, fue quien obligó con sus preferencias, a la evolución del toro y con esto, además de forzar al criador en sus cruces, ligas y refrescos para evitar lo pernicioso de la consanguinidad cercana, le marcó al torero el sentido de su desempeño y al empresario la integración de carteles.

PITÓN DERECHO Hay otra versión y ésta diría que es el héroe taurino, la Figura, el Mandón, quien genera el milagro de los entradones. El que agota las entradas y el que produce el negocio. Es el que hace que el aficionado prefiera abarrotar el coso y no la despensa familiar. La Figura enciende, entusiasma, impone condiciones y una de ellas, tal vez la que más le importa, es la de escoger la ganadería que quiere lidiar. Así fuerza (Los globalizados dicen forza), al ganadero a esmerarse en la selección para su gusto y al empresario a confeccionar (Nunca mejor empleada la palabra), los carteles.

PITÓN IZQUIERDO Una vez leídas las versiones propuestas, viene la pregunta final, ¿Quién indujo al cambio de la catadura y conducta del toro? ¿Fue el ganadero, el público, el artista, el aficionado? Recuerde que pasamos, en más de un siglo, de las faenas de un solo pase a otras que pueden abarcar varias decenas. ¿A quién le atribuiremos la proeza?

DESPLANTE Si el lector cree tener una respuesta justa, entonces ejercite esa misma lógica entrándole al siguiente marrajo corraleado:

La eventual aparición de las corridas “verdes”, es decir las celebradas a la usanza de Portugal y de Las Vegas, que se ven venir a lo lejos, en las que no hay divisa, picas, banderillas y menos aún estocadas, piense Usted: ¿Sería por la decisión (1), del ganadero de reses bravas que quiere seguir siéndolo (2), del empresario buscando la retribución a sus riesgos (3), del aficionado, que “De eso a nada…”(4), de los toreros que ya no serán, o no quieren ser matadores o (5), del público ablandado en su pasión a causa de las ponencias ecologistas vociferadas desde los balcones “verdes”?

REMATE Les hacemos entrega de los trastos. Escoja su versión de lo que puede ocurrir y mientras tanto, no deje de acudir a las corridas rojas.

sábado, 13 de noviembre de 2010

EL MOMENTO HISTÓRICO





PITÓN DERECHO La crianza de ganado bravo es el conjunto de talantes psicológicos y de trapíos que los ganaderos intentan fijar en sus encastes. Lo hacen siguiendo una escrupulosa secuencia de ensayos y rechazos, tientas y acosos, aciertos y fracasos siguiendo algún paradigma que tengan para el tipo de juego que quieren que sus pupilos den en las corridas. Por supuesto que no lo logran al cien por ciento, porque trabajan con los límites que la naturaleza del Bous Taurus les impone. Los más afortunados terminan por mandar a las corridas encierros de comportamiento previsible que, con buena suerte, propicien el lucimiento de sus animales y del diestro que les toque en suerte.

PITÓN IZQUIERDO Aquí podríamos introducir un tema no muy frecuente en las tertulias taurinas donde, por lo general comentan que los diestros tuvieron suerte con un lote de algunas características que les permitieron lucimiento, o que su tarde fue mala también por el lote en suerte. Pues bien, podemos decir que los ganaderos, cuando son escrupulosos, y muchos lo son, tal vez la mayoría, al mandar sus toros quieren que les toque en suerte un diestro que les hagan resaltar las virtudes y, sobre todo, que las aprovechen para disfrute del público. Ya que TODOS los toros tienen lidia, los ganaderos cada tarde sienten que la gran mayoría de los toros son destazados desaprovechados, por la abulia o ignorancia de los toreros. Difícilmente ellos se atreverían a decirlo y esperarían a que los comentaristas lo hicieran.

PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ Esto es, en vez de decir que los toreros no tuvieron suerte con los lotes, hay que ponernos en el lugar de criadores y lamentar que algunos encierros no tuvieron la suerte de caer en las manos aptas de verdaderos profesionales del toreo. No todos los criadores de especies animales son iguales (Además, nadie lo ha dicho) Por ejemplo lo que rechaza un ganadero de reses bravas, por no ser apto para la lidia o vientre de toros de lidia, se manda al corral para un aprovechamiento usual (Carne, leche, reproducción), en su caso, el criador de perros Pastores Alemanes manda sacrificar cuantos perros nacen blancos.

PITÓN DERECHO Para mantener atractivo el espectáculo de las corridas desde tiempos remotos, los promotores de la fiesta han tenido la preocupación de escoger animales que se presten al juego. Uno ejemplo, entre miles que deben estar por ahí entre los antiguos libros de temas taurinos, está el episodio narrado por el escritor con el seudónimo de Tío Puntilla en la obra Lecturas Taurinas del Siglo XIX.

PITÓN IZQUIERDO Ahí se narra un encierro despachado por Bernardo Gaviño que tuvo lidias de un solo pase, otra de dos, algunas de ninguno. Eso fue hace un siglo y casi tres cuartos. Se refiere a una proeza entre miles de la corriente interminable de corridas cuando la aspereza del toro hacía que faenas de uno, dos, tres pases dejaran satisfecho a los asistentes que también, por la evolución de la fiesta se bifurcaron en público y en afición. Con el paso del tiempo y las notas que el ganadero llevaba para generar animales de lidia cada vez más prolongada, fueron saliendo por toriles animales más adecuados para el lucimiento artístico, con mayor nobleza y menos genio y proclives a humillar.

PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ Solo que para lograrlo tuvieron que seleccionar mediante la endogamia. Es decir la crianza entre los animales de la misma ganadería, lo que al tiempo, producía toros con algunos caracteres no deseables. El dilema es refrescar la sangre y arriesgarse a perder identidad en el Hierro intentando otras combinaciones con sementales y vientres exogámicos.

PITÓN DERECHO El dilema que han vivido los ganaderos desde hace siglo y medio es despojarle a Darwin la iniciativa de la selección natural y escoger y decidirse: ¿Un toro para los aficionados o para el público?

PITÓN IZQUIERDO Porque la crianza meticulosamente lograda desemboca en la satisfacción de alguien: ¿Del público, que es el que paga, o del aficionado o Juez que puede echar para atrás lo que sale de chiqueros? El público, que es el que paga, asiste a divertirse, a gritar, a pasar el rato. El aficionado más solemne, asiste para ponderar al toro, al torero, la marcha de la lidia, disfruta del trapío, ubica los terrenos en que debería darse la lidia, etc. ¿A quien debe dedicarse lo criado en las fincas taurinas?

PITÓN DERECHO Aquí viene el tema central de esta columna. Los ganaderos han optado por el toro noble, de muchos pases y con este resultado el toro cada vez ha tenido más de socio, de compañero que se presta al lucimiento que de enemigo, de contrincante mortal. Un toro dócil que genera la conmiseración del público, porque no da la sensación de peligro y al final de la lidia, flota en la plaza la pena del público que ha sido educado en la idea que lo central de la fiesta son los pases, no la muerte reglamentaria.

PITÓN IZQUIERDO Por eso se han ido alejando de los tendidos en muchas plazas. No quieren ver sangre. El fantasma que recorre los ruedos desolados es un fantasma verde, ecologista, bonachón y condoliente. Para el colmo regional, el terremoto de abril desmoronó algunos muros de nuestra plaza y hace casi inapetente su reconstrucción millonaria. ¿Cuándo tendremos toros en Calafia?.

RECORTE Los aficionados a la cacería de animales silvestres, cuando no respetan vedas temporales o definitivas, pueden erradicar del planeta, especies insustituibles. Por el lado de las corridas de toros, en las que los animales mueren reglamentariamente, no existe el peligro de extinción de la especie porque el toro de lida es criado precisamente para ese desempeño, para que con sus embestidas propicie el arriesgado arte taurino. La fiesta no acaba con ninguna especie animal.