domingo, 13 de marzo de 2011

TORO DE REGALO EN ESPAÑA

PITÓN DERECHO Algún comentarista taurino madrileño dijo que el toro que se regalo, hace tres domingos, en Vista Alegre, fue antirreglamentario.

PITÓN DERECHO OTRA VEZ Aquí tendríamos que convocar como testigo de descargo, no a la Real Academia, sino a la lógica. Si en el reglamento estuviera prohibido expresamente y alguno de los alternantes regalara un toro, entonces sí el obsequio sería antirreglamentario. Pero si no se menciona en ningún Artículo y si alguien lo paga (La empresa, el diestro, el apoderado, etc.), entonces no va en contra del reglamento. En todo caso, contravendría la costumbre, pudiera adulterar la tradición, hasta quitarle seriedad a la fiesta. En ese contexto sería un alarde desacostumbrado, insólito, raro, de excepción, singular, pero no antirreglamentario.

PITÓN IZQUIERDO Bueno, esto viene al caso porque en la primera de Valencia Vicente Barrera regaló un sobrero con la anuencia de Ponce y El Juli, sus alternantes. No estuvieron de acuerdo los del micrófono (Muñoz, Caballero y Chenel), ya que entre otras inconvenientes dijeron que se habían anunciado 6 toros y si cortaba apéndices al séptimo, ¿dónde los tabularían? También hicieron referencia a México, donde es el mismo público quien lo pide. Ojalá, dijeron, que eso no ocurra en Madrid, o en plazas de importancias, porque le resta seriedad.

PITÓN DERECHO Luego, la costumbre del regalo le quita seriedad a la fiesta. Órale. ¿Y si lo hubiera herido el toro, contaría como cornada? (Eso lo decimos nosotros) La tradición pesa y, como todos lo sabemos, es la dote que los aficionados viejos entregamos a los nuevos. El problema es que no siempre es recibido como algo valioso. En esa misma corrida los comentaristas añoraron la falta de corbata y sombrero en los tendidos. Los nuevos aficionados ni lo perciben.

PITÓN IZQUIERDO Las novedades en la fiesta no son, por lo general, bien recibidas. Dígalo, si no, el advenimiento de los petos del caballo, la desaparición de las banderillas de fuego, la nobleza y fijeza de los toros desplazando la fiereza y bravura. Los círculos concéntricos, y muchos etcéteras.

PITÓN DERECHO Todos estos elementos novedosos, en su momento fueron rechiflados, creemos, por la mayoría de los aficionados de la vieja guardia y recibidos con tibieza y hasta con indiferencia, por los del relevo. Con el paso de las temporadas la fiesta asimiló lo antes repudiado y presentó un nuevo catálogo de componentes o manual de procedimientos aceptados por la mayoría y los cuales , ahora, muchos están dispuestos a defender porque lo consideran la esencia de la fiesta, sin saber que esos componentes defendidos, tienen menos años que ella.

PITÓN DERECHO, OTRA VEZ Recordamos también, cómo hubo protestas cuando se puso de moda el pelo largo entre algunos varones , más largo que el pelo de las féminas. Hubo un torero al que le criticaban sus cadejos. ¿Y qué decir de la coleta, que está en peligro de extinción?

PITÓN IZQUIERDO Lo que no cambia es la reacción del aficionado ante la estética, el valor, la técnica cuando estos componentes básicos de la torería son plasmados en la arena, frente a un toro. En la corrida mencionada, El Juli hizo una faena a su primero, que le valió una oreja. A su segundo, uno toro difícil lo toreó con tan eficiente técnica que, si no hubiera pinchado, tal vez le hubieran concedido el apéndice. Es decir, se le dio una por artista y otra (casi) por su técnica.

PITÓN DERECHO El domingo 13 de marzo de 2011, torearán tres mujeres en la México. Hace años esta columna pensó que Lupita López iba a ser la doña de la casa, que iba a ser la mandona de la fiesta, cuando menos en la México. Una de sus alternantes es la Mari Paz Vega misma que fue arrollada por Hortelano, de La Misión cuando lo esperó hace una década, en los tercios. La estropeó tanto que le interrumpió su carrera demasiado tiempo.

DESPLANTE Veremos con atención el desarrollo del festejo y sobre todo en el mando al final del pase, que es donde ubicamos la principal diferencia con el toreo de los varones.

miércoles, 23 de febrero de 2011

LA OBJETIVIDAD EN LOS TOROS

PITÓN DERECHO La objetividad es un asunto que nunca logramos porque es más ropaje divino que indumento que los humanos podamos colgar en nuestra percha. Si estamos inmersos en una tarde de toros y sobre la arena el diestro se concentra en las distancias del temple, de la muerte y de la estética. ¿Cómo podemos ser objetivos, si estamos vadeando en cosas de muerte, de belleza, de temeridad estética?

PITÓN IZQUIERDO Estamos pasmados por las sedas, el oro, la cornamenta con los diamantes portadores de (Borges diría), la íntima herida. De repente surge la pepita de oro de una trincherilla y nos alborozamos. Luego brilla una sarta de pases suntuosos que nos vuelca sobre la arena y hace desparecer al resto de la tarde. Así, en pleno disfrute de las preciosidades del cofre taurino, una baratija de bisutería empañan nuestra percepción: se nos viene a la mente que sí habrá valido la pena que nos hayan clavado el rejoncillo de la reventa, hace unas horas.

PITÓN DERECHO El Zotoluco está en función PAUSA. El animal se quedó a mitad de pase y como si iba toreado, no aprovechándole el viaje, la muleta se detuvo simultáneamente a la acometida imprevista del toro. Ahí, por unos cinco segundo los cuatro: el toro, la muleta, el diestro, el óle permanecieron como escultura. Alguien “objetivo” gritó: ”¡Toréalo!”

PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ El aficionado no se dejó engañar y nosotros volvemos a la reventa. ¿Cómo pudimos sustraernos del encanto estético para chapotear en las consideraciones del engaño de la pose y del sobre precio? ¿Podemos ser objetivos si nos duele el hueco de la cartera (¿Hueco que duele?), mientras que sobre la arena nuestro torero está poniendo a los demás en su lugar?

PITÓN DERECHO ¿Cómo podemos ser objetivos? Es un acto estético, en que se juega la vida el torero, una tarde en la que hemos puesto esperanzas de exultación, de éxtasis frente a la belleza, la plaza es un enclave donde se prohíbe importar asuntos del resto del mundo. Cualquier ítem que cancele la presencia del lance emocionante, que elimine la posibilidad del disfrute es un extraño en el paraíso. ¿Cómo alguien puede guardar el talante necesario para ser objetivo?

PITÓN IZQUIERDO Hace algunos domingos César Rincón, ya retirado, narraba la corrida en la que, según él, los toreros estaban quedando mal. Todo iba bien hasta que los aficionados que estaban escuchando la transmisión protestaron porque eso implicaba que los toros cumplían.

PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ Resulta que los toros eran de la ganadería de César Rincón. Se armó la bronca y hasta tuvo que salir a hurtadillas de la plaza por el acoso vociferante de la chusma enardecida. César aseguraba que él podía ser objetivo, que eran pamplinas ese impedimento de ser juez y parte. Órale.

PITÓN DERECHO No vi la corrida, pero supongamos que fueran justas las apreciaciones del narrador. Pues ni así se hubiera zafado del embrollo. El debió declarar, al anuncio del encierro, conflicto de intereses y hurtar el cuerpo ante la inevitable trampa sin salida. Pero aquí aparece el temperamento de Rincón: nunca se arrugó ante animal alguno. No triunfó con todos los toros, pero a ninguno le hizo el feo. Así que después de jugarse la vida miles de veces, eso de la exigencia de ser objetivo en una corrida donde sus pupilos torean, debió parecerle apuntillar a un toro echado. Sólo que la objetividad resulta ser un marrajo impropio para una lidia. Ni siquiera Girón puede con el socio.

PITÓN IZQUIERDO Fermín Espinosa, Armillita, maestro de maestros dijo en alguna ocasión: Yo soy el mejor torero mexicano que haya ido a España. Guerra dijo que después de él, naiden. Dalí dijo que la diferencia entre él y los demás surrealistas, era que él era surrealista. Beethoven pensó que si así como dominaba la sinfonía pudiera guerrear, vencería a Napoleón “molto brioso”. Pavarotti redujo a Plácido Domingo a un tipo que tenía que cantar con un rockero para sobresalir. Von Karajan pensaba de María Callas como alguien que gritaba, porque no cantaba. Rivelino concedió a Maradona el mérito suficiente para atar los botines a Pelé. Mi amigo mexicano Calixto Rangel descubrió que los argentinos, brasileños y peruanos eran tan nacionalistas como nosotros, pero que ellos no tenían razón. Con la objetividad hemos topado.

PITÓN DERECHO La despitorrada del toro de El Pana no fue provocada. En la recreación electrónica se ve cómo el subalterno da la salida por el cuerno derecho para que el toro se fuera por el hilo y quedara en tablas. Pero el burriciego en vez de seguir el sentido del capotazo, cargó contrario y quedó como unicornio asimétrico, por haber perdido el cuerno izquierdo. Si fue provocado por el cuerno derecho, ¿por qué, entonces, perdió el izquierdo? ¿Podríamos intentar hacer honor a la objetividad?

DESPLANTE Fue bochornosa la presentación en el mundo taurino de una recua para la cual hasta cebús fueron convocados. No pudieron arropar al inválido ¿Será la versión light de El Florito y sus Cabestros? En descargo de la escuálida catadura del grupo, podríamos decir que sus destartaladas evoluciones sobre la arena no lograron arropar al desahuciado, pero sí mejoraron, por comparación, el trapío de lo salido por toriles.

RECORTE Como no sean algunos aduladores cercanos, no veo otro grupo con objetividad a toda prueba.

viernes, 11 de febrero de 2011

LOS TRIUNFOS CON LOS TOROS DE REGALO

PITÓN DERECHO En la corrida del Aniversario LXV de la plaza México, se programaron ocho toros para los cuatro diestros: El Zotoluco, Enrique Ponce, El Zapata y Sebastián Castella. Además, por la misma entrada recibimos dos más de aguinaldo. Hubo un toro escuálido devuelto, lo que eleva el gran total a once toros salidos por Toriles y diez por Arrastre, esa tarde.

PITÓN IZQUIERDO El Zotoluco bregando con pundonor y suspenso enorme no pudo redondear. Enrique Ponce se ahondó en sus pases y cortó la primera oreja, El Zapata deslumbró con las banderillas. En su segundo casi pone dos pares con el mismo cite, pero con dos embestidas. El toro se dolió y no cargó por lo que el doble par quedó en la imaginación. Sebastián Castella (Por fa, rímenlo con Estrella, porque es apellido español) hizo su toreo acompasado y ligado. Los dos extranjeros decidieron regalar sendos toros, tal vez empujados por los ecos del estruendo de la tarde de El Juli, el domingo anterior.

PITÓN DERECHO Y ya que hablamos de estruendo, quiero referirme a lo que no se menciona cuando se habla de la reacción del aficionado entusiasmado: las entonaciones de los de los óles y los olés. Sabemos que en México se inclina por la primera entonación y la segunda es europea. Pero ahora no atendemos a esta preferencia de dónde poner el acento. Quiero señalar otgro asunto, la exclamación musical que el público entona cuando el pase ejecutado lo conmueve. Para mejor ilustrar el caso, les sugiero que vean el video de la corrida del aniversario.

www.youtube.com/watch?v=rOTC_b5y6eY

PITÓN IZQUIERDO Ahí escucharán el óle profundo, cavernoso, gregoriano, con que los aficionados celebran los buenos lances de Ponce. Luego el óle más lírico y alegre cuando los hace Castella. En medio de esos registros musicales extremos, se encuentran las reacciones al desempeño de El Zotoluco y de El Zapata. Pudiéramos estirar hasta lo absurdo el símil musical diciendo que los óles para Ponce son de pecho y los dedicados a Castella de garganta.

REMATE Vean y escuchen el video. Esta es, señores aficionados, la reacción con que los aficionados respondemos al temple.

PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ Volvemos a la corrida. El encierro con el trapío prendido de alfileres tolerantes, también fue débil. Rodaban los animales. Con decir que el del triunfo de Castella, el de regalo, marcaba menos que el peso anunciado del devuelto por fifiriche. El piquero de querencia lo atendió y el de barrera de matadores apenas lo rasguñó. Aún así, el populacho estuvo pidiendo el indulto.

PITÓN DERECHO Finalmente con la oreja que cortó Ponce a su regalado y la anterior al primero, salió en hombros. El francés por su cuenta, cortó las dos orejas al de obsequio y acompañó a Ponce en el recorrido triunfal. La plaza llena y alborozada es un espectáculo memorable. La reventa en todo su esplendor impune. Los grupos anti taurinos pidieron infiltrar agentes en la tarde, quienes cumplieron en pitar a los picadores e incumplieron cuando aplaudían el de rodar los toros, al primer espadazo. Además, pidieron el l indulto en el 2º de regalo. Estos infiltrados piden el perdón al menor desempeño de animal noble y fijo y da la impresión que si es débil, tanto mejor. Se avizoran más toros indultados, lo que es una forma soslayada de redactar el preámbulo a las corridas verdes.

PITÓN DERECHO El toro de regalo no se menciona en el reglamento de la Monumental México. La costumbre y el uso es lo que explica su presencia que, ciertamente, recibe la bienvenida mayoritaria del público taurino, el real y el virtual. No deja de llamar la atención que siendo un participante no reseñado previamente, el toro de obsequio queda sujeto, desde su alojamiento en las corraletas y sobre la arena, a los usos y costumbres del festejo. Al salir al ruedo no recibe tratamiento distinto al de los toros anunciados días antes.

PITÓN IZQUIERDO ¿Por qué pisa la arena el toro del obsequio? (1) Porque un diestro quiere salir con el triunfo que no ha redondeado con su lote y desea tanto el reconocimiento que hasta paga por el toro (2) O bien, un empresario, insatisfecho por los toros de la lidia normal, necesita que se dé un triunfo memorable que deje entusiasmada a la afición para la siguiente taquilla.

PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ. De acuerdo al comportamiento usual de los toros de lidia, no hay una certeza que el toro vaya a dar un juego tal, que el diestro triunfe. Aunque sí se cuenta con elementos que alimentan la esperanza: (1) El diestro voluntarioso que se arriesga para demostrar su valía (2) El público insatisfecho y deseoso y, por lo mismo, fácil de complacer dispuesto a aplaudir el menor esbozo de verdad taurina y (3) La sospecha que el diestro, su apoderado o la empresa, ya tenían reseñado el toro con anticipación ventajosa.

PITÓN DERECHO Cada tarde en que se “regalan” toros, los aficionados se atrincheran en dos corrillos: Los que atacan porque el toro de regalo es una ventaja para el obsequiante y los que lo defienden por considerar que es un derecho del diestro generoso que quiere trascender la tarde. Parece que no se percatan de la historia taurina: el regalo no es una práctica antigua. Simplemente por el nivel de económico que tenían los torerillos de siglos pasados, que se presentaban en las plazas cercadas con maderos y donde exponían la vida. Nos dicen los libros que un buen desempeño merecía una o dos orejas que se canjeaban por sendos perniles del animal sacrificado.

DESPLANTE De lo anterior se induce que literalmente toreaban para comer. En esa situación precaria de toreros sometidos a los calendarios de las fiestas y ferias y obligados a la peregrinación, los toros de regalo, pagados por los torerillos, simplemente eran una opción inexistente.

martes, 1 de febrero de 2011

EL TORO DE REGALO

PITÓN DERECHO El Juli, ya dijimos en otra columna, recibe el tratamiento que le daban a Carlos Arruza. El Ciclón para algunos, era un español toreando en México y cuando lo hacía en España, era un mexicano para los españoles. La rivalidad taurina entre Manolete y un mexicano, tenía diferente protagonista azteca, según donde fuera el encuentro. Si era en México, el ”mexicano” era Silverio. Si era en España, el “mexicano “era Arruza. Parecería que Arruza nunca toreaba en su patria. También a El Juli suelen tratarlo como español cuando en México y en España lo avalúan, frecuentemente, como si se tratara de un mexicano.

PITÓN IZQUIERDO Creemos que todo puede aclararse si partimos del hecho histórico que El Juli es un torero mexicano…nacido en España. Además, por si fuera poco, tomó la alternativa en Francia. La doble nacionalidad taurina, pues. Por eso los carpetovetónicos le cicatean el reconocimiento, mientras que algunos “sudacas” mexicanos le reprochan que sea de los que “se siguen llevando el oro”, cuando actúa en México.

PITÓN DERECHO Así las cosas, llega el domingo 30 de enero de 2011. La plaza México, la más grande del mundo, ocupada casi en su totalidad, esa que preside el valle de Anáhuac, muy cercana a Atenco, donde sobrevive la ganadería más añeja del mundo taurino, fundada por Hernán Cortés. Esa tarde fue el disco de arena donde se dio el milagro de que floreciera el arte y se arrumbaran las nacionalidades rencorosas.

PITÓN IZQUIERDO Esa oscura tarde invernal El Juli regaló un toro cuando había echado al mundo del “hubiera sido” cuando menos dos orejas por fallar con la espada, en su segundo del lote reglamentario. Al terminar con la vida de Guapetón, el del regalo, El Juli también había terminado, cuando menos momentáneamente, con la querella que si era una español que triunfaba en México, o un mexicano que florecía entre los suyos o un artista universal sin necesidad de tener visa alguna. La afición de la plaza México le había estampado en su cédula el título definitivo: “Torero, torero.”

PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ Esa faena a Guapetón marca un hito en la vida no solamente de El Juli, sino de la misma fiesta: el momento en que el valor, la técnica, la capacidad de improvisar se hacen a un lado para que aparezca la estética bárbara de la fiesta de toros. La coreografía suave y tersa de un artista que acaricia la muerte sin ser bravucón, que danza frente al toro sin ser “pinturero”, que domina al toro, sin humillarlo, que templa la embestida sin aprovechar el viaje, que es suave sin ser lento, que nos deja ver cómo crea la belleza sin distraernos con su técnica o su valor. Óle.

PITÓN IZQUIERDO, UNA VEZ MÁS ¿Recordarán para siempre esos seis pases sin enmendar? O, esa arrucina inconclusa que resuelve con un molinete en espiral en ascenso de oro?

PITÓN IZQUIERDO. OTRA VEZ ¿Fue una alevosa ventaja, con respecto a sus alternantes haber regalado un toro? ¿Ustedes creen que si a El Payo le hubieran ofrecido otro toro, sin que tuviera que pagarlo, hubiera convenido en hacerlo?

PITÓN DERECHO Si los toros “de regalo” fueran gratis para los diestros ¿cuántos toreros se atreverían, con tal de sacarse la espina de una mala tarde en su lote reglamentario?

TEMPLANDO LA EMBESTIDA Además, para quienes cree que es una ventaja, ¿Quién asegura que va a ser bravo, noble y fijo? El toro de regalo, ¿garantiza que no va a cornear al diestro? El reglamento, ¿debería mencionar al toro de regalo?

APROVECHANDO EL VIAJE Entonces, si el público lo acepta, aunque los “conocedores” lo repudien, ¿el toro de regalo debe quedar previsto en los reglamentos? ¿Qué tal si no se hubiera regalado a GUAPETÓN? ¿Cuándo habríamos visto ese prodigio?

ESTOCADA EN TODO LO ALTO Por favor no salgan con la invidencia puritana que “No existe el hubiera”, porque tampoco gozaríamos la fantasía, ni la imaginación y esta columna tampoco tendría razón de ser. Claro que existe el hubiera.

PUNTILLA Nos atrevemos a vaticinar que próximamente veremos la diferencia entre templar y aprovechar el viaje.

martes, 25 de enero de 2011

LOS LIBROS DE TOROS


PITÓN DERECHO El 22 de enero de 1911 en la ciudad de México, según el libro de Lanfranchi, torearon Rodolfo Gaona y el español Antonio Fuentes un encierro español de Campos Varela. Gaona sobresalió con las verónicas y, claro, gaoneras pero no atinó con el estoque. Justos cien años después, la noche del sábado 22 de enero de este 2011, en Mexicali, B.C., se presentaba el libro “Entre el Estoque y la Reata” que da un vistazo a la vida artística del matador Eliseo Gómez, El Charro.

PITÓN IZQUIERDO Fue una noche divertida en la que reconstruimos la memoria taurina y nos divertimos con las anécdotas. Toda la tertulia rondó sobre los toros empero hay que decir que lo más taurino que ocurrió esa noche fue cuando el propio biografiado trazó con el capote quites de su creación, sobre el foro de la antigua Escuela Cuauhtémoc, ahora Casa de la Cultura, de Mexicali, B.C. Los asistentes no pudimos contener los óles cuando terminaban las ondulaciones sedosas y envolventes del artista. Es el legado de creatividad que nos obsequia El Charro a los aficionados en activo y a los futuros que están por nacer.

PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ La presentación de libro, de la autoría de Cazares Burgueño, resultó muy amena principalmente porque El Charro Gómez facilita la fluidez del diálogo y lo hace pasar a conversación amistosa y al rato la convierte en charla sabrosa. Los capítulos de la obra fueron intercalados a lo largo de poco más de un hora, en los recuerdos y anécdotas del El Charro. Se mantuvo así la atención del medio centenar de asistentes.

PITÓN DERECHO Pero cuando se disiparon las palabras, apareció el arte de El Charro. Se le pide que con un capote sobre el cual había dejado un saludo a la Peña Olé, Calafia, hiciera los tres quites de su creación. La Crinolina, La Serpentina, La Cruz. Con su figura ágil y esbelta (todavía pudiera enfundarse en el terno de su despedida, hace más de tres décadas), subió al foro de la antigua escuela primaria extendió el capote y lo convirtió en oleaje de colores ondulantes para escenificar los quites por él creados.

PITÓN DERECHO, OTRA VEZ Allí, sobre el piso de madera, que lo transformó en arena, vestido con traje de civil, ahora de luces, con iluminación artificial, que ya era sol, con un capote que en sus vuelos lleva firmas de los visitantes a los distintos actos de la peña, Eliseo Gómez, El Charro, matador de toros y taumaturgo, convirtió con su torerismo la noche en tarde de toros y los fascinados aficionados por cuenta propia pusimos el toro bravo de nuestra ganadería imaginada y lo vimos como embestía una y otra vez, embrujado por el arte de Eliseo. Óle.

PITÓN IZQUIERDO Algunos tuvimos la suerte de verlo frente a toros verdaderos. Ya en otra fecha recordé aquel toro con edad y trapío que una “figura” no quiso torear, o mejor dicho, lo torearía siempre y cuando el empresario le diera otra tarde. Un torero que no tenía sus domingos comprometidos pero que al ver aquel toro serio aceptaba torearlo, no para cortarle orejas sino para añadir una tarde a su calendario en blanco.

PITÓN DERECHO El juez de plaza lo obligó a torearlo, el torero deliberada y mañosamente hizo ver mal al toro y le echó el púbico villamelón al juez y obligaron a la devolución. El toro al que le hicieron el feo por su edad y peso, fue toreado al día siguiente, a puerta cerrada por Eliseo Gómez, con una docena de invitados y colados que pudimos constatar la afición y la vergüenza torera de El Charro al momento de despachar al toro. Esa anécdota no aparece en el libro que tampoco rinde estadísticas específicas de las corridas, ganaderías, ni trofeos obtenidos. Aporta, claro, grandes totales y semblanzas de su cartel. Esperamos una segunda edición corregida y aumentada.
PITÓN DERECHO Ningún libro biográfico puede ofrecer la vida completa del protagonista. Tampoco ninguno de nosotros recuerda todo lo vivido por uno mismo. Así que es de esperarse que al momento del recuerdo alguien nos refresque la memoria señalando algo notable que nos habíamos brincado a la torera. Así que el autor del libro tiene un segundo toro para lidiarlo. Por eso resulta notable que los toreros puedan recordar, a la hora de estar toreando un toro, a otro que ya lidiaron y que parece haber permanecido en el vivo, algo del estilo y temperamento que mostraron cuando fueron toreados.

PITÓN IZQUIERDO Este “Déjà vu” taurino es el que nos sobresalta cuando reconocemos en un lance lo que vimos en otro momento, o en otra vida, (¿quién pude aclarar esto?) Cuando Eliseo Gómez recordó a Conchita Cintrón (Autora de ¿Por qué vuelven los toreros) Me trastabilló el corazón porque la siento tan íntima a mi afición taurina (realmente no sé si la vi torear), que cuando escucho su nombre me parece que continúo una conversación reciente. Es mi torera.

DESPLANTE Aún más, cuando el matador Eliseo Gómez bosquejaba el pase de muleta que empieza como vitollina y que luego se transforma, dependiendo del recorrido, en arrucina o una vez preparada la arrucina, perdiendo de vista la cornamenta al girar, sacar un derechazo, recordé una evolución de la misma familia estética con que Talavante iluminó la tarde de hace tres domingos. Él concluyó el pase con un desdén salido de la arrucina.

ESTOCADA EN LO ALTO No se pierdan la corrida del próximo domingo, en la México. El Zotoluco, El Juli, y El Payo. Óle.

sábado, 1 de enero de 2011

EL NUEVO TORO


A la memoria de Quico Santana y su Misión cumplida


PITÓN DERECHO Esa tarde en Calafia Manolo armonizó varios pases seguidos y suficientes para llevar al toro de los medios a toriles, sin permitir momentos muertos. Fue una secuencia con la muleta armada con el estoque de muerte, lo que indica que lo hizo antes de retirarse, porque cuando volvió ya utilizó el simulado. Regresando a esa coreografía insólita, hecha a toro brindado a Quico Santana, éste correspondió la cortesía con una cena, Durante la misma, saboreada ya en otra columna, Manolo le restó importancia a la proeza, que a mí me había pasmado.

PITÓN IZQUIERDO También la memoria visual recrea aquella secuencia que El Juli le dio a un Barralva en Tijuana, y que requirió de una sola evolución, una sola. Con un cite montó tres pases. Fue con la derecha: el Barralva, que había sido incierto hasta ese momento, observaba desde lejos. El Juli le presentó la sarga y cuando arrancó la amplió, el toro se tocó, arremetió y al llegar a la jurisdicción inició El Juli el pase, embarcándolo, todavía sin templarlo y luego, al asentar los riñones se dio la densidad del temple en el fondo de la muleta y al despedirlo lo viró levemente para el siguiente pase. Óle.

PERDIÉNDO DE VISTA AL TORO La Dosantina, el Circurrete, la Poncina y otros más, son pases que por enredarse al toro casi en círculo completo, son en realidad varios pases sin solución de continuidad y que sólo con un toro “moderno” pueden disfrutar el autor y el público. Si se nos permite la insistencia diríamos que la fiesta de los toros ha ido, con el nuevo toro, de pases entrecortados por pasos de recuperación y enmienda, hasta dos o tres pases hilvanados, en una sola embestida.

PITÓN IZQUIERDO En la corrida de la México del 5-XII-10 Talavante amalgó una vitolina con una arrucina y un desdén, Empezó con la derecha, atrajo al toro, lo pasó y con el mismo trazo fluido se colocó la muleta a la espalda, giró a la derecha casi 180 grados y al volverse el toro, lo enganchó con una arrucina que desmayó en un desdén para despedirlo. Óle.

PITÓN DERECHO Todos los pases recordados fueron un montaje sin solución de continuidad, sin interrumpir la coreografía. Esto es, sin intercalar pausas en la acometida del toro y por lo mismo alargando el temple. En todos ellos la conjunción de toro y torero floreció en esa emoción estética exclusiva de la fiesta de los toros.

PITÓN IZQUIERDO Ahora bien, ¿Cómo son posibles proezas tales? A mediados de la centuria anterior difícilmente se hubieran visto con la frecuencia que ahora las disfrutamos. En las dehesas no pacían ese tipo de animales. Los ganaderos no hacían esa clase de crianzas. No habían logrado ligar, en tantos hatos, la nobleza con la fijeza, con ese temple.

PITÓN DERECHO Aclaramos que no se postula que el temple lo aporta exclusivamente el animal; el diestro hace lo suyo, que es lo más. Lo que sí nos atrevemos a decir que es más prenda del torero, que del animal. Un torero con ese don tiene más oportunidad de templar las embestidas de un toro con notas de tienta medianas, que un toro noble y bravo la tenga de ser sea templado por un diestro del segundo grupo que, a lo sumo, solamente aprovecharía la inercia de la embestida toreando con alegría al compás del toro, pero sin templarle en sus acometidas ni mucho menos trenzando dos o tres pases a partir de un solo cite.

PITÓN IZQUIERDO El domingo 12-XII-2010, en la plaza México, Castella indultó un toro con unos 70 pases, incluyendo 8 verónicas. En la pica el toro recibió un arañazo y perdió las manos. Los siguientes minutos fue llevado a media altura en decenas de pases lentos y envolventes y también cayó. Cuando fue concedido el indulto por la petición del público eufórico, el diestro francés trazó un meandro con pases lentos y terminó la vida pública de Guad

jueves, 30 de diciembre de 2010

EL NUEVO TORO II

PITÓN DERECHO Guadalupano, el agraciado por el indulto, fue fijo, lento y noble. Tal vez en ese orden. Castella detectó esos rasgos y lo toreó aprovechándolos diestramente. Al día siguiente un comentarista le menguó mérito a la faena por la boyantía y falta de bravura demostrada ¿Ese es un toro bravo?, preguntaba una y otra vez ante las imágenes que replicaban la coreografía de un pas de deux inolvidable.

PITÓN IZQUIERDO Se podría añadir que el toro indultado no demostró fuerza ni bravura frente al bridón acojinado, tampoco “hizo el avión”. Y es aquí donde queremos adentrarnos al cogollo del asunto. Necesariamente el público, incluidos los usuales conocedores, no ignoraron la cisión intrascendente, las débiles manos y la nobleza del toro, rayana en la inocencia de un novillo adelantado. Aún así, el alborozo fue multitudinario y se pidió el indulto. ¿Por qué?

PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ Porque nada hay tan irresistible como una idea cuyo momento histórico ha llegado. Señores, llegó a los tendidos la preferencia del público por un toro que pareciera haber sido picado antes de hacer su salida, para ahorrarse el espectáculo. Ese gusto empezó a tomar forma, tal vez, desde que acolchonaron los caballos y, una vez protegidos los corceles, siguieron las rechiflas a los piqueros cuando aparecen en la arena, antes de medio cumplir su tarea.

DESPLANTE Esto es, los del castoreño ya hace años que son censurados antes de que lo merezcan. Su rudeza necesaria para los toros de antaño, ahora es percibido como rezago anacrónico de violencia innecesaria ante toros que fueron creados para colaborar. Nosotros estamos por las corridas rojas. Y las corridas rojas necesitan un toro bravo. Por eso al ver venir las verdes, porque ya se cuenta con un toro muy al gusto de la blandura de los ecologistas, nos agüitamos (El purista diría, acuitamos), porque pasará el tiempo para acostumbrarnos -sería mejor decir, conformarnos- con un espectáculo que carecerá de fondo trágico para convertirse en un evento folclórico, con alto rating en el Animal Channel.